Mientras el Gobierno continúa trabajando en los detalles de una nueva negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el equipo económico de Javier Milei ha dado inicio a lo que se denomina la “fase 3” de su programa económico. Con un objetivo claro de “colapsar” la inflación, los próximos pasos de la administración, liderada por Luis Caputo, incluyen la eliminación de los controles cambiarios, la adopción de un escenario de competencia de monedas y la “desinflación” de los precios en dólares. Además, se busca ordenar los precios relativos, lo que permitirá un mayor margen para la flexibilidad de las políticas monetarias. Estas medidas, que marcan un punto de inflexión, estarán acompañadas de la emisión de deuda corporativa y la repatriación de capitales nacionales, con la esperanza de mejorar la cuenta corriente del Banco Central.
Esta semana, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, ofreció detalles sobre los próximos pasos del Gobierno en una conferencia internacional organizada por el BBVA en Londres. Durante su intervención, Werning destacó que la gestión económica ha logrado “evitar una hiper” y que, a partir del segundo trimestre de 2024, la economía argentina comenzó a experimentar una recuperación en “V”. En este contexto, Werning sostuvo que “el ajuste económico fue extremadamente breve”, señalando que el Producto Bruto Interno (PBI) real ya ha superado los niveles previos a la crisis, los ingresos laborales están repuntando y la tasa de pobreza ha registrado una baja significativa. Sin embargo, el funcionario advirtió que aún hay aspectos de la economía que necesitan ser corregidos, como la relación entre el tipo de cambio real y los salarios en términos de dólares.
En su presentación, Werning abordó la necesidad de corregir los “precios relativos”, una de las claves del plan económico del Gobierno. “El panorama del nivel de precios en Argentina sugiere que los márgenes, impuestos, barreras comerciales y otros factores son determinantes prominentes del nivel de precios en dólares en relación con los salarios”, explicó el vicepresidente del Banco Central. A su vez, resaltó que uno de los mayores desafíos fue el impacto de las barreras comerciales sobre los precios, algo que el Gobierno ya ha comenzado a revertir mediante la eliminación de las SIRAS y SIRASE, la simplificación de las importaciones y la reducción de aranceles de timbrado, entre otras medidas. Estas acciones apuntan a crear las condiciones necesarias para una salida del cepo cambiario, que se concretará bajo dos condiciones: que la inflación siga disminuyendo y que las reservas del Central mejoren.
En una entrevista reciente en Davos, el presidente Javier Milei también se refirió a la salida del cepo cambiario, reiterando que será una prioridad una vez que se logre “reconstituir el equilibrio de stocks en el Banco Central”. Milei subrayó que, si el Gobierno logra conseguir financiamiento, este proceso podría acelerarse. Sin embargo, el mandatario dejó claro que, independientemente de los tiempos, la salida del cepo será inevitable. De esta manera, el Gobierno se alista para dar un paso decisivo en su plan económico, con la esperanza de estabilizar la economía argentina y mejorar la competitividad internacional.