En enero de 2025, una familia tipo de cuatro miembros necesitó $ 1.033.716 para no ser considerada pobre, según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este valor corresponde a la Canasta Básica Total (CBT), que sirve para medir la pobreza, y refleja un aumento del 0,9% con respecto al mes anterior. Este incremento es el más bajo en los últimos ocho años, un hecho que coincide con el informe de inflación del primer mes del año, que registró un aumento de 2,2%. Este porcentaje es el más bajo desde julio de 2020, lo que generó ciertas expectativas sobre la evolución de la economía en el comienzo de 2025.
La variación anual de la CBT llegó a un 73,2%, lo que muestra un fuerte aumento en términos interanuales, aunque por debajo del índice general de inflación. A su vez, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide exclusivamente los gastos esenciales para alimentarse, también registró una suba del 0,9% respecto a diciembre de 2024 y un incremento interanual de 58,8%. Con estos datos, se puede concluir que tanto la CBT como la CBA subieron a un ritmo inferior al de la inflación general, lo que en términos de pobreza indica una posible desaceleración en los niveles de pobreza, especialmente si se toma en cuenta que en la segunda mitad de 2024 la inflación comenzó a ceder.
A pesar de los altos valores de la pobreza medida por la CBT, la información sobre la pobreza alternativa, estimada por Martín Rozada para la Universidad Torcuato Di Tella, sugiere una mejora progresiva. Según su medición, la pobreza descendió al 35,0% en el último trimestre de 2024 y alcanzaría el 33,5% en enero de 2025, lo que implicaría la cifra más baja en los últimos seis años. Martín Vauthier, integrante del equipo económico de Luis Caputo, destacó que “la variación de 0,9% m/m en la Canasta Básica Total en enero fue la más baja en más de 8 años (dic-16). No hay política más eficaz para reducir la pobreza y la indigencia que el orden macroeconómico”, lo que refleja la importancia de la estabilidad económica para mejorar las condiciones de vida en el país.
Este panorama se contrastó con los índices de pobreza observados en 2024, cuando el primer semestre registró un 52,9% de pobreza, un nivel récord desde 2002. Las estimaciones posteriores indican una disminución progresiva en el tercer trimestre, cuando la pobreza bajó al 49,9%. En la medición alternativa, la pobreza en el segundo semestre del 2024 estaría por debajo del 37%, lo que contrasta positivamente con la situación más crítica del primer semestre. El principal factor que impulsó esta mejora fue la desaceleración en el aumento de los precios de los alimentos, que subieron a un ritmo menor que la inflación general, lo cual alivió las presiones sobre los hogares de menores ingresos. Además, las políticas sociales, como el aumento de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que se incrementó un 105% en términos reales, también jugaron un rol clave en esta mejora. El próximo informe oficial del INDEC sobre pobreza se dará a conocer el 31 de marzo.