El Gobierno refuerza el ancla cambiaria y busca mantener la calma cambiaria en año electoral

Desde este lunes, el Gobierno activará una nueva fase de su estrategia económica combinando una política de ancla cambiaria fortalecida con tasas de interés atractivas en dólares. El Banco Central confirmó el cambio de rumbo anunciado en enero y comenzará a dejar correr el tipo de cambio oficial al 1% mensual, una medida que apunta a desacelerar la inflación. Mientras tanto, las autoridades negocian un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para asegurar la estabilidad financiera.

El nuevo esquema cambiario busca sostener el atractivo de las inversiones en pesos, contener la presión sobre las reservas del Banco Central y reducir la brecha cambiaria. Todo esto, en un contexto electoral clave para el oficialismo. “El Gobierno decidió darle una estocada final a la inflación con el anuncio de pasar la tasa de devaluación del peso contra el dólar del 2% al 1% mensual”, explicó el economista de IERAL, Jorge Vasconcelos. Sin embargo, el especialista advirtió que esta herramienta no es infalible: “El ancla cambiaria no es todopoderosa; es clave que las expectativas acompañen y que la demanda de dinero siga creciendo para evitar desequilibrios”.

El Banco Central anunció el jueves pasado un recorte de 300 puntos básicos en la tasa de política monetaria. Si bien fue menor al esperado por el mercado, el ajuste mantiene el diferencial necesario para sostener la estrategia. “El spread entre la tasa y el ritmo de devaluación se duplicará, pasando de 0,66 puntos porcentuales en enero a 1,41 desde el lunes, el mayor nivel desde mayo de 2024”, detallaron desde PPI. Esto podría impulsar las compras del Banco Central y devolver atractivo al carry trade, una práctica en la que exportadores e importadores toman deuda en dólares para aprovechar tasas en pesos.

En la consultora LCG coincidieron con este diagnóstico y señalaron que la estrategia eleva los incentivos de exportadores a endeudarse en dólares. “Esto se suma a la baja momentánea de retenciones y podría aumentar la oferta en el mercado spot, lo que reduciría la presión sobre los dólares paralelos”, explicaron. Durante enero, el Banco Central acumuló compras por 1.748 millones de dólares, aunque el ritmo de intervención fue más modesto en la segunda mitad del mes.

A largo plazo, esta estrategia plantea desafíos. Desde Aurum Valores destacaron que el esquema cambiario dependerá en gran parte del cepo y de mantener tasas atractivas en dólares para los inversores. “El costo de endeudamiento del Tesoro en dólares podría volver a dispararse, lo que podría complicar la sostenibilidad del esquema hacia el segundo semestre”, advirtieron. Por el momento, el Gobierno apuesta a consolidar este modelo hasta las elecciones, confiando en que el incentivo al carry logre sostener la estabilidad cambiaria.

Entradas recomendadas