Los mercados financieros reaccionaron con un marcado optimismo este lunes luego de la contundente victoria de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas. Los bonos soberanos argentinos registraron subas explosivas en Wall Street que superaron el 20%, mientras que el riesgo país se desplomó hasta los 652 puntos básicos, su nivel más bajo desde el 2 de junio. La reacción positiva no solo se observó en los títulos públicos: las acciones de empresas argentinas que cotizan en Nueva York también vivieron una jornada de euforia, con incrementos que rozaron el 50% en el caso del Banco Supervielle.
Desde las primeras horas del día, antes incluso de la apertura formal de los mercados internacionales, los bonos comenzaron a operar en fuerte alza. Los títulos en dólares de vencimiento más corto, como los de 2029 y 2030, avanzaron hasta 15%, mientras que los de plazo más largo treparon alrededor de 23%. Esa escalada impactó de lleno en el indicador de JP Morgan que mide el diferencial de tasa de la deuda argentina: según confirmó el propio presidente Javier Milei en una entrevista matutina, el riesgo país quedaría alrededor de los 680 puntos. Finalmente, el índice cerró la jornada en 652 puntos, con una caída del 37% y muy cerca del mínimo de 651 registrado el 2 de junio pasado. El piso anual permanece en los 560 puntos de enero.
El fuerte rebote de los activos locales se inscribe en un contexto de extrema volatilidad en las últimas semanas. El mercado alternó picos de entusiasmo —impulsados por señales de respaldo desde Estados Unidos, como los mensajes de Scott Bessent o la visita del equipo económico a Washington— con momentos de profunda desilusión, entre ellos la reacción posterior a la reunión entre Milei y Donald Trump en la Casa Blanca. Sin embargo, la contundencia del resultado electoral del domingo, con un triunfo oficialista destacado en casi todo el país y especialmente en la provincia de Buenos Aires, cambió el clima de manera abrupta.
Analistas del sector financiero señalaron que, por la magnitud del salto en los bonos, el riesgo país debería perforar con holgura los 700 puntos en los próximos reportes diarios de JP Morgan. Un avance de este tipo representaría una mejora significativa respecto del pico del año: el 18 de septiembre, el indicador había trepado a 1.456 unidades en medio de fuertes ventas de reservas del Banco Central para sostener el tipo de cambio. Ese salto se produjo pocos días antes de la primera intervención pública de Bessent y marcó un punto crítico de la tensión cambiaria.
En el último mes y medio, la denominada “montaña rusa” financiera llevó al riesgo país por debajo de los 900 puntos tras el anuncio del apoyo del Tesoro estadounidense, pero luego volvió a rebotar hasta alcanzar un segundo pico de 1.264 unidades. El viernes pasado, en la previa de las elecciones, el indicador se ubicaba en 1.081 puntos. La caída de este lunes —alrededor del 35% en una sola jornada— representa una de las correcciones más drásticas del año y abre una nueva etapa para el Gobierno, que busca capitalizar el impulso político y financiero para avanzar con reformas estructurales.





