Hasta hace pocas décadas, el gas natural era considerado el “hermano pobre del petróleo” y durante mucho tiempo incluso se desperdiciaba. Sin embargo, la creciente demanda energética tras la Segunda Guerra Mundial y el surgimiento de nuevas necesidades, como los data centers de inteligencia artificial, lo han convertido en un combustible estratégico a nivel mundial. “El mundo ya los tiene en cuenta, son un jugador del cual no podemos prescindir. Para el negocio del gas no hay riesgo país, necesitamos a la Argentina”, aseguró Andrea Stegher, presidente de la International Gas Union, en diálogo con un grupo de periodistas argentinos durante la cumbre Gastech en Milán.
Stegher destacó la magnitud del desafío energético global: “Aún hay 1.000 millones de personas en el mundo que consumen apenas el equivalente al gasto de una heladera por año, además de lo que implican los voraces data center de la Inteligencia Artificial que solo en EE.UU. en 2030 van a absorber el equivalente a un país de 40 millones de personas, casi una Argentina”. A esto se suma la incorporación de India, cuyos 1.400 millones de habitantes consumen cinco veces menos que China, lo que abre nuevas oportunidades para la expansión del mercado. En ese marco, Vaca Muerta se presenta como un proyecto clave para el país sudamericano. “Es importante que desarrolle el gas de Vaca Muerta no solo para consumo domésticos. Es una oportunidad única para el país”, afirmó Stegher, subrayando el reconocimiento internacional a los proyectos argentinos.
Durante Gastech, que reunió a líderes de Estados Unidos, la Unión Europea, Australia, Qatar, Egipto y grandes compañías como Shell, Exxon, Total, Chevron, Eni y YPF, Stegher enfatizó que “Argentina no puede equiparse a los tres actores Estados Unidos, Australia y Qatar pero está haciendo mucho para ser parte del equipo. Está muy bien reconocida en términos de proyectos”. Además, resaltó la importancia de los contratos a largo plazo para atraer inversiones: “Esas inversiones necesitan contratos a largo plazo. Hay una innovación comercial que otorga mayor flexibilidad. Esto beneficia a los productores y los consumidores”.
En relación con la demanda global y la transición energética, Stegher indicó que el gas cumple un papel central: “Tenemos que incrementar la oferta para tener un equilibrio sobre la demanda. Hay que añadir y añadir gas. No podemos permitirnos que falte gas porque dará espacio a nivel mundial al carbón, que es muy contaminante. El año pasado, el gas cubrió casi el treinta por ciento de la demanda incremental de energía a nivel mundial, y esto ayudó también, junto a las renovables, a reducir la intensidad de emisiones”. También advirtió sobre las dificultades de los consumidores ante las altas tarifas: “En Europa esa situación afecta al 9% de la gente”.
Finalmente, Stegher evaluó el escenario energético mundial y el rol de Argentina en él: “El proyecto de desarrollo de Vaca Muerta con grandes socios locales e internacionales tiene sus fundamentals correctos, hay producción, los recursos son inmensos, y existe un compromiso muy sólido”. Con estas palabras, el gas deja de ser un recurso secundario y se consolida como un actor central en la seguridad energética global.





