“Código abierto”: la inteligencia, la clave en el XXXIII Congreso de AAPRESID para la revolución del agro argentino

El XXXIII Congreso de AAPRESID, que se desarrolló hasta ayer en el predio de Palermo, fue el escenario donde quedó clara la profundidad y el alcance de la llamada “Segunda Revolución de las Pampas”. Bajo el lema “Código abierto”, se reflejó el espíritu colaborativo que impulsa esta transformación del agro, y que no solo impacta en Argentina sino que irradia hacia toda la región y el mundo. Este encuentro anual, considerado un “think tank” del sector, volvió a mostrar que la inteligencia y el conocimiento son los verdaderos motores de la competitividad rural.

El interés que despertó el evento se reflejó incluso en la presencia y el apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con sede en Costa Rica, que impulsó la participación de ministros de países del Caribe. Allí, la interacción entre economías se vuelve palpable: Trinidad y Tobago, por ejemplo, un gran proveedor de fertilizantes nitrogenados, busca desarrollar su propia agricultura y reconoce en la experiencia pampeana una fuente inagotable de saberes para avanzar. Este diálogo regional potencia el intercambio tecnológico y la integración productiva.

Entre las novedades del congreso, destacó la irrupción de los nuevos biocombustibles derivados de cultivos alternativos como la Camelina y la Carinata, ambas Brassicas que se abren camino por su aceite especial para producir SAF, el combustible sostenible para la aviación. Empresas como Bunge, LDC y Nufarm impulsan estas semillas híbridas con un enorme potencial. Según Andrés Iolster, experto en mercados de aceites, la clave está en que estos cultivos no compiten con los alimentos tradicionales, ya que se siembran y cosechan fuera de la temporada principal, liberando el terreno para cereales de invierno y verano. El Cono Sur, especialmente Argentina y Uruguay, ofrece las mejores condiciones para este desarrollo.

La innovación tecnológica también estuvo presente en maquinaria y sistemas de producción. G-FAS sorprendió con un cabezal stripper que cosecha camelina sin dañar el rastrojo, facilitando la siembra directa al mantener la paja en pie, una mejora que responde a la intensificación sustentable del campo. En riego, la marca Valley y su referente Martín Pasman fueron protagonistas, junto con exhibiciones de paneles solares que buscan abaratar el bombeo, uno de los principales costos de la actividad. En un panel dedicado al riego en trigo, expertos como Jorge Fraschina del INTA destacaron resultados alentadores con nuevas tecnologías de micronutrientes y productos biológicos.

El mensaje final del Congreso fue contundente: el campo argentino no tiene “ventajas comparativas naturales”, como se ha argumentado erróneamente. “La ventaja competitiva es la inteligencia”, resumieron los organizadores y expositores. Este “código abierto” de conocimiento y colaboración es la base para que la agroindustria argentina siga siendo líder en innovación y sustentabilidad, enfrentando los desafíos del presente y proyectándose hacia el futuro.