Mientras Argentina sigue negociando con Estados Unidos para obtener excepciones al arancel del 10% que le impuso la administración de Donald Trump, desde este miércoles comenzó a regir el recargo del 50% que afecta a Brasil y que impacta en el 36% de los envíos brasileños al mercado estadounidense. Esta medida, que incluye un cupo de 65.000 toneladas para la carne, eleva a un 76,4% la tarifa una vez superado ese límite, y pone en jaque un negocio que solo en el primer semestre de 2025 alcanzó los 1.000 millones de dólares (181.400 toneladas), dado que Estados Unidos representa el segundo destino más importante para la carne brasileña, con el 12% del total exportado.
El impacto para Argentina podría ser significativo, ya que algunos actores del sector proyectan una oportunidad para ampliar sus ventas en Estados Unidos. El frigorífico Minerva, que el año pasado adquirió una planta de Marfrig en Argentina y opera cinco establecimientos productivos en el país, podría aprovechar la coyuntura para crecer en ese mercado. El CEO de Minerva, Fernando Galleti de Queiroz, señaló que está “tranquilo con el panorama para la segunda mitad del año”, incluso con el aumento de los aranceles para Brasil. En el segundo trimestre, las exportaciones del grupo crecieron un 76% respecto a 2024 y representaron el 60% de sus ingresos brutos. “Trump está siendo más duro con Brasil, pero está siendo muy amigable con Argentina y nosotros somos la mayor empresa del sector en Argentina”, afirmó Queiroz.
Sin embargo, especialistas y referentes del sector advierten que el escenario no es sencillo ni automático. Diego Ponti, analista del mercado cárnico del Grupo AZ, explicó que “no hay posibilidad de triangulación, de que se exporte carne brasileña desde Argentina”. La importación de carne desde Brasil responde a precios relativos y se da en proporciones mínimas, sin alterar el consumo ni los precios internos argentinos. Por su parte, Fernando Herrera, presidente de la Asociación de Productores Exportadores Argentinos (APEA), recordó que Argentina cuenta con una cuota de 20.000 toneladas para exportar a Estados Unidos y que “todo lo que vaya por fuera de la cuota paga un arancel del 26,4% más el 10% adicional”, lo que limita la posibilidad de aumentar volúmenes de manera inmediata. No obstante, Herrera sostuvo que “hay que tomarlo como una oportunidad: lo que no exporte Brasil, en teoría Estados Unidos lo va a importar de algún lado, y parte de eso puede ser de Argentina”.
En paralelo, se están llevando adelante negociaciones con Estados Unidos para ampliar la cuota para la carne vacuna argentina. “Hay un rumor de que podría haber una ampliación, pero no hay mucha información oficial”, afirmó Herrera. “Si a la salida de Brasil se le suma algún aumento de nuestra cuota, ahí sí podría ser una oportunidad para la carne argentina”, concluyó. Mientras tanto, Argentina y su sector cárnico esperan que la coyuntura global y regional les permita ganar terreno en un mercado exigente y cada vez más competitivo.