Retenciones: un paso “bastante” positivo del Gobierno, pero sin audacia conceptual

El anuncio del presidente Javier Milei en la Exposición Rural generó expectativas moderadas en el sector agropecuario, tras comunicar una reducción del 20% en las retenciones de los principales productos del campo. Aunque el gesto fue bien recibido por gran parte de la dirigencia rural y representa un esfuerzo político del Gobierno en plena campaña electoral, para algunos analistas quedó corto frente a la posibilidad de implementar un cambio más profundo y estratégico en la política tributaria del agro.

“Estoy bastante bien tras los anuncios”, sostiene un referente habitual del análisis agropecuario, que aclara que ese “bastante” puede leerse como una expresión de conformidad moderada, pero también como una señal de resignación. La crítica se enfoca en lo que se considera una “oportunidad perdida” de aplicar una transformación conceptual en el tratamiento de los derechos de exportación. En lugar de una “exacción sin anestesia”, como la calificó Milei, la propuesta que viene sonando hace años en algunos sectores del agro plantea reemplazar las retenciones por un “préstamo forzoso”, que sería devuelto con instrumentos como el BOPREAL, tal como se hizo con las deudas por importaciones.

“No queremos bonos”, fue la primera reacción de muchos dirigentes del agro, sin detenerse a analizar los beneficios de una herramienta que podría tener efectos expansivos similares al caso del BOPREAL, que permitió ordenar el frente externo industrial sin impacto fiscal inmediato. “La actitud cerril de reclamar la eliminación total e inmediata de las retenciones recuerda al ‘quiero flan’ de Casero: la casa se está quemando, pero no se escucha ninguna alternativa”, apunta el analista, con tono crítico hacia algunos referentes del sector.

Los datos que respaldan esta mirada están a la vista. “Si la quita de retenciones impacta en la producción como históricamente ha ocurrido, habrá más superficie sembrada, más tecnología, más inversión y más empleo”, destaca. Los sectores de porcinos y lácteos, que ya fueron beneficiados con la eliminación total de retenciones, viven un boom inversor con instalaciones robotizadas, tambos de alto rendimiento y nuevos clústers productivos como el de Monte Buey. Para muchos, esto confirma que la respuesta del agro no es tan “inelástica” como aseguran algunos economistas.

En ese marco, se lamenta que el Gobierno no haya extendido el beneficio al novillo, lo que habría dinamizado aún más la producción de carne y permitido una salida al excedente de maíz. “Es una pena que el maíz siga viajando a los puertos en lugar de convertirse en proteína animal para exportar con valor agregado”, concluye el especialista. Aunque reconoce que el anuncio de Milei es “bastante” positivo y marca una dirección, insiste: “hay que ir por más, y hay maneras”.

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