Con la temporada alta 2025 a la vuelta de la esquina, la conectividad aérea entre Argentina y Estados Unidos se prepara para alcanzar cifras récord. Según datos de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), el tráfico de pasajeros en vuelos internacionales registró un crecimiento del 4% entre enero y mayo de 2025 en comparación con el mismo período de 2019, alcanzando los 13,7 millones de pasajeros transportados en cinco meses. Este repunte no solo se explica por la fuerte demanda de turistas argentinos que salen al exterior gracias al dólar estable, sino también por la llegada de contingentes internacionales que utilizan Buenos Aires como punto de partida para cruceros hacia el sur del continente y la Antártida.
American Airlines, la aerolínea líder de Estados Unidos, anunció que programará un total de seis frecuencias diarias entre ambos países, sumando 42 vuelos semanales. La oferta incluye cuatro vuelos directos entre Ezeiza y Miami, uno a Nueva York y otro a Dallas. “Se viene un verano muy intenso, con récord de vuelos hacia Argentina en particular”, afirmó Gonzalo Schames, director para Sudamérica de American Airlines y argentino con más de 30 años en la empresa. La mayoría de estos vuelos operarán en horario nocturno, excepto un vuelo matutino hacia Miami. Para algunos trayectos, la compañía desplegará aviones Boeing 777-300 que cuentan con tres categorías habituales (económica, premium economy y ejecutiva) y, además, ocho asientos de primera clase, un servicio exclusivo en Ezeiza que solo comparte con Lufthansa.
Schames destacó también la importancia del tráfico receptivo vinculado a la temporada de cruceros en el sur argentino y la Antártida. “Muchos pasajeros llegan a Buenos Aires, pasean y luego toman vuelos a Ushuaia para embarcarse en expediciones antárticas o rutas por el Cabo de Hornos. Es nuestra ‘pata receptiva’ número uno, todos los años”, explicó en una entrevista desde Dallas, donde American Airlines tiene su sede. Además, reconoció que el mercado corporativo se está recuperando con fuerza luego de la pandemia, con un crecimiento sostenido en ese segmento.
En Argentina, la compañía emplea a 500 personas, entre tripulantes, administrativos y técnicos aeronáuticos certificados por la FAA estadounidense, encargados de realizar mantenimiento de aviones durante las largas estadías en tierra. Sobre la política de cielos abiertos del gobierno argentino, Schames aseguró que “la competencia beneficia a todos y al pasajero”, y valoró que la apertura haya favorecido la mejora en tarifas y calidad de servicios. Consultado sobre la competencia con Aerolíneas Argentinas, admitió que “siendo una compañía estatal, es natural que reciba cierto apoyo”, pero remarcó que “nosotros somos invitados en los países donde operamos y debemos adaptarnos a sus reglas”.
