El dólar no encuentra piso tras el nuevo esquema cambiario y crecen las dudas del mercado

Dos semanas después de la implementación del nuevo régimen de flotación cambiaria, el dólar aún no logra asentarse por debajo de los $1.000, tal como busca el Gobierno. En las ocho ruedas operadas bajo el nuevo sistema, el tipo de cambio mayorista mostró una marcada volatilidad y cerró el viernes en $1.169, lejos del piso pretendido y más próximo al centro de la banda de $1.200. Esta inestabilidad ocurre en un contexto en el que el Banco Central todavía no logra acumular reservas, una meta clave para cumplir con el Fondo Monetario Internacional (FMI), reducir el riesgo país y recuperar el acceso al financiamiento externo.

Desde la salida del esquema de devaluación controlada del 1% mensual, la cotización osciló entre $1.070 y $1.200. “Es normal que pase eso, pero la tendencia es bajista”, aseguraron desde el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, durante una reunión con la Mesa de Enlace y empresas exportadoras en Rosario. El titular de ARCA, José Luis Pazo, ratificó en ese encuentro que no habrá devaluación y que el modelo se basa en la “apreciación cambiaria”. Además, confirmó que el 30 de junio se incrementarán las retenciones y que el objetivo del Gobierno es reducir la inflación.

El modelo oficial, inspirado en la apreciación cambiaria japonesa de posguerra, propone mantener la estabilidad cambiaria como ancla antiinflacionaria. “Es mejor vender granos ahora que aún la rentabilidad da”, recomendaron funcionarios del Ministerio, reforzando el mensaje que Pazo ya había dado semanas atrás sobre hacer “carry trade” y apostar a instrumentos en pesos. Esta misma estrategia fue recientemente avalada por bancos internacionales como JP Morgan y Bank of America. “No van a aflojar, es una decisión cerrada e inalterable”, reconoció un exportador.

Sin embargo, en el mercado financiero se mantiene el escepticismo. Varios operadores consideran poco probable que se sostenga el dólar en torno a los $1.000, dada la baja rentabilidad que ofrecen las tasas actuales. “Es esperable que el mercado se acomode por encima rápidamente”, indicaron desde un banco extranjero, que estima una cotización más realista entre $1.200 y $1.300. Estas cifras coinciden con el tipo de cambio de equilibrio calculado por técnicos del FMI, que lo ubican entre $1.360 y $1.400.

El nuevo esquema también despierta interrogantes fuera del país. Joaquín Cottani, exviceministro de Economía y asesor del think tank Global Source Partners, cuestionó la solidez del plan oficial: “La Fase 3 es en realidad un nuevo plan a falta de uno anterior, y el dólar flotará poco o nada”. Agregó que “dada la preferencia del Gobierno por mantener la inflación baja hasta las elecciones, es probable que el tipo de cambio nominal se mantenga muy por debajo de $1.400, salvo que ocurra una crisis de confianza”.

En paralelo, el Gobierno minimizó la necesidad inmediata de usar reservas para el pago de deuda. Caputo transmitió optimismo ante inversores en Washington, asegurando que con un superávit comercial estimado en US$ 15.000 millones, se cumplirán las metas pactadas con el FMI. Sin embargo, Cottani advirtió que el Banco Central debe sumar US$ 4.600 millones de reservas netas antes de junio y otro tanto antes de fin de año. “Si el campo argentino no hace guita a este tipo de cambio y con estas retenciones… ¿quién?”, ironizaron en un banco de Nueva York. En Wall Street, la pregunta que persiste es una sola: “¿El nuevo esquema genera dólares o no?”.