El régimen de Nicolás Maduro lanzó nuevas acusaciones contra Nahuel Gallo, un gendarme argentino detenido el pasado 8 de diciembre al intentar ingresar a Venezuela desde Colombia. Maduro afirmó que Gallo “venía desde el sur de América con planes específicos para intentar atentar contra la vida de la vicepresidenta Delcy Rodríguez”, agregando que el caso está en un “altísimo nivel de investigación”. Estas declaraciones llegan en medio de críticas internacionales por la falta de pruebas concretas sobre las acusaciones.
El chavismo ha cambiado varias veces su versión sobre el motivo de la detención de Gallo. En un principio, Diosdado Cabello, mano derecha de Maduro, lo vinculó con un supuesto plan para rescatar a seis dirigentes opositores asilados en la embajada argentina en Caracas. Según Cabello, Gallo estaría coordinado con un grupo liderado por el excomisario Iván Simonovis para ejecutar esa operación. Sin embargo, ahora Maduro agrega la supuesta intención de magnicidio contra Rodríguez, sin presentar evidencia clara más allá de informes de inteligencia.
El caso ha generado preocupación internacional, especialmente tras semanas de silencio por parte del régimen sobre el paradero de Gallo. Recién el 2 de enero se difundieron imágenes del gendarme como prueba de vida, aunque sin confirmar la fecha en que fueron tomadas. María Alexandra Gómez García, pareja de Gallo, reconoció que las imágenes podrían haber sido captadas en la cárcel de El Rodeo, ubicada en las afueras de Caracas. Por su parte, el fiscal general del régimen, Tarek William Saab, confirmó que Gallo está detenido en Caracas, pero no brindó mayores detalles.
Escalada de tensiones entre Argentina y Venezuela
Maduro también apuntó contra el gobierno de Javier Milei, asegurando que estaría involucrado en los “planes violentos” que atribuye a Gallo. “El gobierno argentino está involucrado en los planes de atentar contra la paz de Venezuela”, afirmó. Estas declaraciones tensan aún más la relación bilateral entre ambos países, ya afectada por las acusaciones cruzadas y la crisis política en Venezuela.
A nivel interno, las acusaciones chavistas siguen un patrón recurrente de teorías conspirativas que involucran a opositores y agentes extranjeros. Cabello sostuvo que el gendarme argentino “es un agente especial de los servicios de inteligencia” y añadió que, en Venezuela, “todos los detenidos tienen garantizados sus derechos fundamentales”. Sin embargo, organizaciones internacionales han denunciado reiteradamente violaciones a los derechos humanos en las cárceles venezolanas.
El caso de Nahuel Gallo sigue rodeado de incertidumbre, mientras el régimen de Maduro continúa utilizando su detención como parte de su retórica de confrontación con gobiernos extranjeros y opositores internos. La falta de pruebas concretas pone en duda las acusaciones y aumenta la presión internacional sobre el chavismo para esclarecer los hechos.