El reciente acuerdo del Banco Central (BCRA) con cinco bancos internacionales, que aseguró un Repo de 1.000 millones de dólares, marca un hito para el Gobierno al abrir nuevamente las puertas del crédito internacional. Este avance, acompañado por una caída del riesgo país de casi 70% en un año (ahora en 600 puntos básicos), fortalece la confianza en la capacidad de la Argentina para cumplir con sus obligaciones de deuda externa.

El impacto positivo de esta reducción se refleja en el precio de los bonos, cuya mejora disminuye las tasas de interés implícitas, haciendo más accesibles futuras emisiones de deuda. Sin embargo, aún persisten desafíos. “Tiene que bajar más el riesgo país o la tasa de interés”, evalúa Gabriel Caamaño, economista de Outlier, al destacar que actualmente el Tesoro enfrentaría tasas del 10% anual en emisiones sin garantías. Por el momento, el Repo pactado con una tasa de 8,8% anual a más de dos años de plazo es considerado un avance significativo por las autoridades, quienes subrayan que no constituye nueva deuda sino una operación respaldada por bonos Bopreal.

El Gobierno asegura tener los recursos necesarios para afrontar los vencimientos inmediatos de deuda externa, estimados en 5.313 millones de dólares, según un informe de Suramericana Visión, dirigido por el exministro Martín Guzmán. “Hay una alta probabilidad de que el Gobierno Nacional cuente con capacidad de servir de forma plena las deudas en moneda extranjera durante 2025”, concluye el documento, reforzando la confianza en las cuentas públicas.

No obstante, el costo del crédito internacional sigue siendo elevado. Nery Persichini, jefe de Estrategia de GMA Capital, explica que el contexto global es menos favorable que en 2017, cuando la Argentina colocó bonos con tasas significativamente menores. “Para que el costo de la deuda sea de un dígito, el riesgo país debería bajar todavía más”, apunta, indicando que el umbral de 450 puntos básicos sería necesario para equiparar las tasas de países como Egipto o Angola.

El camino hacia una mayor estabilidad financiera dependerá de mantener la disciplina fiscal, aumentar las reservas del BCRA y consolidar reformas económicas que refuercen la confianza de los mercados. Mientras tanto, este primer paso con el Repo es interpretado como un mensaje de reactivación financiera y apertura al crédito internacional.