La situación del gendarme argentino Nahuel Agustín Gallo, detenido en Venezuela hace casi una semana, genera creciente preocupación en el Gobierno. Según información recibida este domingo por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el joven podría haber sido trasladado al Helicoide, un emblemático centro de detención y torturas del régimen chavista. “Nos encontramos ante un supuesto de privación ilegítima de la libertad”, sostuvo Bullrich, quien calificó la situación como un “secuestro”.
Gallo, miembro del escuadrón de Gendarmería en Uspallata, se encontraba de licencia en Venezuela para visitar a su pareja y su hija de dos años. Había cruzado la frontera por tierra desde Colombia, donde llegó en avión para abaratar costos. Inicialmente, se creía que estaba detenido en la base de Táchira, pero la nueva información sugiere su traslado al Helicoide. Este centro alberga a numerosos presos políticos, entre ellos la periodista Rocío San Miguel, y es conocido por las graves violaciones a los derechos humanos que allí se cometen.
El Gobierno argentino, que carece de interlocución directa con el régimen de Nicolás Maduro, está buscando apoyo internacional para liberar a Gallo. Según fuentes oficiales, se ha recurrido a Brasil y Francia, además de establecer contactos con la Comunidad de Fuerzas Policiales de América. Por otro lado, la Gendarmería emitió un comunicado defendiendo su accionar. “Desde el martes 10 de diciembre, momento cuando la Fuerza toma conocimiento de la situación del Suboficial en Venezuela, inmediatamente, se contactó con familiares y se elevó toda la información a las autoridades ministeriales, quienes a su vez y también de manera inmediata informaron a Cancillería”, señaló el comandante Claudio Miguel Brilloni.
A su vez, la ministra Bullrich interpuso una denuncia ante la Justicia Federal en Mendoza, calificando la detención de “irregular” y violatoria de derechos humanos. En el texto se presentó un hábeas corpus, se ofrecieron pruebas como la carta de invitación que llevaba Gallo y se exigió su liberación inmediata. Mientras tanto, la situación se agrava con la desaparición del chofer de la embajada argentina en Caracas, quien hacía diligencias para seis colaboradores de la opositora María Corina Machado, asilados en la sede diplomática.
El caso, enmarcado en las tensiones entre Argentina y Venezuela por la firme postura de Javier Milei contra el chavismo, suma un desafío adicional: la falta de una estructura consolidada en Cancillería, tras la salida de la embajadora Diana Mondino. En este contexto, se redoblan los esfuerzos diplomáticos para garantizar la seguridad de los ciudadanos argentinos en Venezuela, mientras el Gobierno advierte: “No viajen al país”.