Germán “El flaco” Moldes, ex fiscal de la Cámara Federal, murió ayer a los 77 años, dejando un legado marcado por su férrea defensa de la denuncia de Alberto Nisman contra la expresidenta Cristina Kirchner y otros funcionarios del gobierno de los Kirchner. Durante sus 20 años de carrera como fiscal, Moldes se destacó por su postura inquebrantable en la investigación de la causa AMIA, particularmente por su insistencia en profundizar la denuncia de Nisman sobre el encubrimiento de iraníes vinculados al atentado. Esta postura lo llevó a ser una figura clave en la justicia argentina, tanto admirada como odiada, especialmente por el kirchnerismo.
Moldes no solo fue conocido por su dedicación al trabajo judicial, sino también por sus polémicas declaraciones y enfrentamientos con figuras del oficialismo. Entre sus frases más célebres se destaca su crítica a la corrupción, afirmando que los fiscales deben “pescar tiburones y no mojarritas” al abordar los casos de corrupción. Durante años, fue un crítico acérrimo del kirchnerismo, y en más de una ocasión dejó claro que no le sorprendían los agravios y ataques provenientes de ese sector. En 2018, cuando el ex juez Eugenio Zaffaroni criticó la denuncia de Nisman, Moldes respondió con dureza, acusando a Zaffaroni de haber sido “juez de la dictadura” mientras él mismo había sido torturado durante la última dictadura militar.
El ex fiscal también tuvo una activa participación en la marcha del silencio en 2015, organizada en homenaje a Nisman tras su muerte. Esa manifestación, que reunió a miles de personas bajo una torrencial lluvia, fue un testimonio de su compromiso con la justicia y su lucha por esclarecer la muerte del fiscal que investigaba el atentado contra la AMIA. En cuanto a sus posiciones dentro del ámbito judicial, Moldes fue muy crítico de las maniobras dilatorias que afectaron la investigación sobre el pacto con Irán, y con el paso del tiempo logró que la Cámara de Casación diera lugar a la causa que hoy tiene a Cristina Kirchner procesada.
A pesar de su contundente perfil en la arena política y judicial, Moldes también tenía una profunda pasión por el arte y la cultura, especialmente por Roma, ciudad que recorrió incansablemente y cuya riqueza cultural plasmó en su libro “Cuarenta iglesias romanas”. Sin embargo, fue la justicia y la defensa de los valores institucionales lo que definió su legado. Su renuncia en 2019 debido a problemas de salud y su posterior fallecimiento a raíz de complicaciones cardíacas cierran un capítulo en la historia judicial de Argentina. A su muerte, personalidades políticas y dirigentes expresaron su pesar, recordando su valentía y su incansable lucha por la verdad y la justicia, especialmente en lo que respecta al caso Nisman.
