El Papa Francisco ha nombrado al sacerdote Gustavo Oscar Carrara, de 51 años, como nuevo arzobispo de La Plata. Carrara, conocido por su compromiso social y su trabajo en las villas de emergencia, asumirá el cargo en un momento crucial para la Iglesia argentina, en un contexto de importantes cambios en la institución. Hasta ahora, Carrara ocupaba el puesto de vicario general del arzobispado de Buenos Aires, donde era responsable de la presencia de la Iglesia en los asentamientos porteños. La elección de Carrara, quien vive en la villa 1-11-14 del Bajo Flores, refuerza la línea pastoral marcada por el Papa Francisco, que promueve una Iglesia más cercana a los sectores más vulnerables de la sociedad.
La trayectoria de Carrara dentro de la Iglesia lo ha consolidado como un referente en el trabajo con los sectores más pobres. En 2017, sus vecinos lo ingresaron en andas a la catedral metropolitana de Buenos Aires para su consagración como obispo, un hecho que reflejó su profunda conexión con las comunidades más humildes. Además, la semana pasada fue elegido presidente de Cáritas Argentina, la mayor organización solidaria del país, lo que resalta aún más su perfil social y de servicio. Sin embargo, su figura no ha estado exenta de polémicas. En junio pasado, Carrara se vio envuelto en un incidente durante una misa en homenaje al “cura barrendero” Mauricio Silva, donde se entonaron consignas en contra del presidente Javier Milei. Ante la situación, Carrara se distanció de los cánticos y pidió disculpas por el hecho.
La designación de Carrara como arzobispo de La Plata se produce en un contexto de tensiones dentro de la Iglesia argentina, especialmente después de la sorpresiva destitución de monseñor Gabriel Mestre en mayo de este año. Mestre había liderado una resistencia a la designación del sucesor de Francisco en la diócesis de Mar del Plata, lo que motivó su relevo. Carrara reemplaza a Mestre en un arzobispado históricamente ligado a figuras conservadoras, como los obispos Antonio Plaza y Héctor Aguer. Con esta elección, el Papa Francisco continúa con su estrategia de impulsar una renovación dentro de la Iglesia argentina, priorizando la cercanía con los sectores más empobrecidos y la atención a las problemáticas sociales.
Carrara, nacido en Buenos Aires en 1973, fue ordenado sacerdote en 1998 por el entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio. A lo largo de su carrera, ha ocupado diversas responsabilidades en la pastoral de juventud y en la atención a las villas de emergencia. Desde 2007, Carrara se desempeñó como párroco en distintas parroquias de barrios populares, donde consolidó su vínculo con la comunidad. Su trabajo pastoral ha sido clave en la reorganización de la Iglesia en las villas, y su nombramiento como arzobispo de La Plata subraya la importancia de la inclusión social en la visión de la Iglesia que promueve el Papa Francisco.