El personal diplomático de la embajada argentina en Venezuela, que fue expulsado por el régimen de Nicolás Maduro, regresó a Argentina en la madrugada de este sábado en un vuelo de Aerolíneas Argentinas procedente de Madrid. Tras un prolongado viaje de más de 30 horas, con escalas en Portugal y España, el vuelo aterrizó en el Aeropuerto de Ezeiza a las 03:20, donde fue recibido por el vicecanciller argentino, Leopoldo Sahores.
Andrés Mangiarotti, encargado de negocios de la embajada argentina en Caracas, describió el proceso de evacuación como un desafío monumental. “Había que abandonar la residencia y la embajada en 72 horas. Somos un equipo de cinco diplomáticos, cada uno con sus familiares, en total 14 personas”, detalló Mangiarotti en declaraciones a la prensa en Ezeiza. Explicó las dificultades enfrentadas en un tiempo tan limitado, como el cierre de escuelas para los hijos de los diplomáticos, rescisión de alquileres y venta de vehículos.
La decisión del régimen venezolano de expulsar a los diplomáticos argentinos llegó después de una serie de declaraciones del Gobierno argentino, liderado por Javier Milei, quien se negó a reconocer los resultados de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela, que dieron la reelección a Maduro según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Yvan Gil, canciller del régimen venezolano, había exigido el retiro de los diplomáticos de Argentina y de otros países de la región debido a sus “injerencistas acciones y declaraciones” sobre los comicios.
Mangiarotti relató un ambiente de alta tensión en los días previos a la expulsión, con la residencia de la embajada sometida a vigilancia policial y enfrentando amedrentamientos, cortes de luz y presencia de móviles policiales con personas armadas y encapuchadas. “Fueron días bastante tensos para todo el equipo. Veníamos durmiendo tres horas”, explicó el diplomático.
El regreso del personal argentino también destacó la preocupación por la seguridad de seis opositores venezolanos asilados en la residencia de la embajada desde marzo. “Temen por sus vidas, temían que vinieran por ellos”, comentó Mangiarotti, subrayando que estos asilados siguen bajo protección internacional tras la intervención de Brasil, que asumió el control de la sede diplomática tras la expulsión.
Leopoldo Sahores, vicecanciller argentino, elogió la labor del equipo diplomático, afirmando que la situación vivida fue extremadamente estresante. “Quiero destacar el profesionalismo, la dedicación, la templanza y la presencia de ánimo de todo el equipo de la embajada, que vivió horas muy traumáticas a partir de las elecciones del domingo”, dijo Sahores.
En cuanto a la postura de Argentina frente a la situación política en Venezuela, el vicecanciller expresó su esperanza en que la comunidad internacional mantenga una posición unida para exigir un reconocimiento del verdadero resultado electoral. “En la medida en que la comunidad internacional permanezca unida, nosotros somos optimistas”, concluyó.
En medio de la confusión política, la canciller Diana Mondino había afirmado en un tuit que el opositor Edmundo González Urrutia era el “legítimo ganador y Presidente electo”, un mensaje que fue respaldado por Javier Milei. Sin embargo, horas después, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina dio un paso atrás, limitándose a desconocer la victoria de Nicolás Maduro y señalando que esperaría para una declaración definitiva.
