El Banco Mundial redujo nuevamente sus proyecciones de crecimiento para la economía argentina en 2025, a pesar de reconocer una recuperación significativa tras dos años consecutivos de contracción. En su informe regional “Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento”, el organismo con sede en Washington ajustó sus estimaciones de expansión del PBI desde el 5,5% previsto anteriormente a un 4,6%, con una caída adicional en sus perspectivas para 2026. Sin embargo, el organismo destacó que el repunte observado este año se apoya en “la recuperación de las exportaciones agrícolas tras la sequía de 2023” y en los primeros resultados del plan de estabilización impulsado por el Gobierno de Javier Milei.
El economista jefe para América Latina y el Caribe, William Maloney, aseguró en una conferencia de prensa que desde el Banco Mundial acompaña al gobierno argentino en su programa económico. “Conocemos los desafíos que enfrenta Argentina y apoyamos al gobierno en ese sentido”, afirmó, en referencia a las reformas impulsadas por Milei. El equipo económico argentino se encuentra desde el sábado en Washington, en negociaciones que involucran al Tesoro de los Estados Unidos y al Fondo Monetario Internacional, en busca de un paquete financiero que apunte a sostener la estabilidad cambiaria y los compromisos de deuda.
Aunque el informe revela una mejora en la actividad económica, con una estimación de crecimiento del 4% para este año —frente al 4,6% calculado previamente—, el organismo internacional advierte que “persisten profundos desafíos” para la economía argentina. Entre ellos, señalan los niveles de pobreza, el bajo acceso al crédito productivo y las dificultades para sostener el ritmo de exportaciones. También se observan las primeras señales de mejora en el consumo y la inversión privada, “apoyadas por la implementación inicial del plan de estabilización gubernamental, que ha coincidido con una menor inflación y un superávit fiscal”, de acuerdo con el documento.
El informe también pone el foco en las brechas de capital humano que afectan la competitividad y el desarrollo tecnológico del país. En base a un análisis comparativo de desempeño educativo, sostiene que “los puntajes del quintil más rico de familias de Argentina en la evaluación PISA están por debajo de los del quintil más pobre en Vietnam”, lo que evidencia la gravedad de los desafíos estructurales en materia educativa. Según el Banco Mundial, esta brecha compromete la capacidad del país para fomentar emprendimientos innovadores y aprovechar las oportunidades tecnológicas de la nueva economía.
El estudio recuerda además que Argentina fue uno de los países de América Latina con mayor alfabetización a comienzos del siglo XX, junto con Chile y Uruguay. Sin embargo, la falta de “una base de empresarios innovadores de alta calidad” ha limitado su desarrollo. Esta advertencia se suma al contexto actual, en el que el potencial emprendedor continúa condicionado por problemas de infraestructura, fluctuaciones macroeconómicas y baja integración entre educación y mercado laboral.
En paralelo, el Banco Mundial y el BID confirmaron sus desembolsos comprometidos para el país. Según informó Clarín, el organismo liberará casi US$ 4.000 millones en los próximos meses, mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desembolsará otros US$ 3.900 millones, recursos claves para sostener la frágil recuperación en un escenario de negociación con Estados Unidos por nuevos fondos de asistencia económica.
De esta forma, aunque se reconoce cierto repunte en los índices económicos, el informe del Banco Mundial invita a la cautela. Las mejoras dependen en buena medida de un contexto externo favorable y de la capacidad de implementar reformas profundas que consoliden el crecimiento y reviertan décadas de desequilibrios estructurales.





