En una jornada marcada por la cautela, los bonos soberanos en dólares y algunas acciones argentinas registraron subas de hasta un 1% en la apertura de esta semana, en un contexto donde el clima electoral y las negociaciones económicas con Estados Unidos mantienen en vilo a los mercados. A solo 20 días de las elecciones legislativas, el interés de los inversores se concentra en la reunión entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y el número dos del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, de la cual podría derivar un paquete financiero clave para apuntalar la estabilidad cambiaria.
En Wall Street, los bonos argentinos comenzaron la semana con aumentos de hasta el 3%, con el Bonar 2029 liderando el avance. En la plaza local, los títulos de deuda también mostraron mejoras, aunque más moderadas, por encima del 1%. El Global 2029 y el Global 2030 ganaron 1,90% y 0,70%, respectivamente. Estos movimientos impulsaron a la baja el riesgo país, que cedió casi 100 puntos y se ubicó en 1.080 puntos básicos, aunque sigue en niveles altos. En paralelo, el índice Merval sufrió una caída del 1,29%, situándose en 1.781.169 puntos, con retrocesos liderados por las acciones de Supervielle (-2,9%), BBVA (-2,3%) y Edenor (-2,8%).
Mientras tanto, el dólar oficial permaneció estable en $1.450, y el tipo de cambio mayorista subió levemente a $1.432, lo que marcó una diferencia de apenas 5 pesos entre ambas cotizaciones. “La dinámica del mercado cambiario y la participación del Tesoro Nacional y del BCRA serán factores clave durante la semana”, anticipó el informe diario de la firma Puente, en referencia a los posibles movimientos que podría realizar el Gobierno para contener la volatilidad.
El telón de fondo político-eleccionario mantiene a los operadores en estado de alerta. Este lunes, el Banco Central dará a conocer el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de septiembre, mientras que el miércoles el INDEC difundirá los datos del Índice de Producción Industrial (IPI) y del Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC). Se trata de indicadores clave que permitirán evaluar el pulso de la economía real, en medio de un contexto de alta volatilidad y dólar fluctuante.
La semana pasada, los bonos soberanos en dólares se movieron en terreno negativo, con caídas promedio del 2,3% para los títulos bajo ley extranjera y del 2,2% para los de ley local. A contramano, los activos dollar-linked mostraron avances cercanos al 4,9%. También se observó un desempeño mixto en acciones: el índice S&P Merval avanzó un 0,8% en el balance semanal, con fuertes subas en el sector de Materiales Básicos (+15,3%), mientras que el segmento financiero retrocedió un 0,7% en promedio.
En tanto, el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) registró una caída del 8,2% en septiembre, ubicándose en 1,94 puntos sobre 5 según la Universidad Torcuato Di Tella. Esto representa un debilitamiento en la percepción ciudadana sobre la gestión, en línea con la pérdida de ingresos tributarios reales, que cayeron un 8,7% interanual en septiembre, totalizando $15,4 billones. Parte de esta caída se explica por un efecto base, tras la recaudación extraordinaria de septiembre de 2024.
Con la City navegando entre rumores, el nerviosismo electoral y el monitoreo permanente de gestos externos —sobre todo desde Washington—, la calma que se observa en algunas variables podría ser apenas un respiro previo a una nueva ola de volatilidad. El mercado espera señales claras: de la elección del 26 de octubre y del eventual acuerdo con Estados Unidos dependerá, en parte, el rumbo económico de los





