Tras la contundente derrota del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, el Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a respaldar al Gobierno argentino por la implementación de su programa económico, aunque advirtió sobre los riesgos de la “volatilidad de las tasas de interés” y sus posibles efectos “negativos sobre la actividad económica”. La declaración se conoció este jueves en Washington, durante una conferencia de prensa de la directora de Comunicaciones del organismo, Julie Kozack, quien abordó la situación argentina tras el resultado electoral del domingo, en el que el peronismo superó a los candidatos de Libertad Avanza por un margen cercano al 14%.
Kozack recordó que la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, había mantenido conversaciones con el ministro de Economía, Luis Caputo, “a principios de semana” para “discutir el progreso con la implementación del programa”. Asimismo, confirmó que Caputo participará de las reuniones anuales del FMI en octubre en Washington, y no antes, como se había especulado. En cuanto al respaldo al Gobierno, la funcionaria subrayó: “El personal del FMI está estrechamente comprometido con las autoridades argentinas en la implementación de su programa”, cuyo objetivo es “afianzar de manera duradera la estabilidad y fortalecer las perspectivas de crecimiento de Argentina”. Y agregó: “Apoyamos la adhesión continua de las autoridades al ancla fiscal y su agenda integral de desregulación, así como su compromiso para salvaguardar la sostenibilidad del marco cambiario y monetario del programa”.
La vocera del FMI también destacó los avances fiscales y monetarios del Gobierno. Sobre el ajuste fiscal, señaló: “Damos la bienvenida a los superávits primarios logrados hasta agosto en el lado fiscal, y esto es consistente con los objetivos del programa”. No obstante, advirtió que las reformas deben continuar: “Esperamos que el presupuesto de 2026 continúe con el progreso de este proceso y también para sentar las bases para las reformas fiscales necesarias y consolidar los logros necesarios para lograrlo”. Respecto a la política monetaria, Kozack reconoció “el papel que ha desempeñado la política monetaria restrictiva para ayudar a limitar las trayectorias cambiarias hasta la inflación”, pero aclaró que “las mejoras en el marco de gestión monetaria y de liquidez deberían continuar mitigando la volatilidad de las tasas de interés y los efectos negativos asociados sobre la actividad económica”.
En paralelo, el Gobierno reafirmó su línea económica pese a las críticas por la dureza del ajuste. Tras la derrota, el presidente Javier Milei aseguró que haría una “autocrítica” por posibles errores políticos, pero ratificó el rumbo económico y sostuvo que se iba a “redoblar”. Por su parte, el ministro Caputo aseguró: “Nada va a cambiar en lo económico. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario, ni en lo cambiario”. El respaldo del FMI, que Kozack había reafirmado previamente mediante un comunicado, resultó clave para la estrategia oficial: “Tal como señalé el día domingo, no nos moveremos ni un milímetro de programa económico: 1) Equilibrio fiscal; 2) mercado monetario ajustado y 3) en lo cambiario, se mantienen las bandas cambiarias pactadas con el FMI. Además seguiremos desregulando”, tuiteó Milei.
				
				

