Marko Papic, estratega jefe de Clocktower Group y asesor de múltiples bancos centrales alrededor del mundo, se convirtió en una de las voces más escuchadas por los inversores globales. Con un enfoque particular en la relación entre política y mercados, Papic llegó a la Argentina para participar de la apertura del Repensar Summit, un foro que reúne a los principales empresarios e inversores de la región. En diálogo con Clarín, el experto analizó el impacto del reciente resultado electoral en la provincia de Buenos Aires y la necesidad del Gobierno de “corregir el rumbo” en los próximos meses para poder atraer capitales extranjeros. Sobre la reacción del mercado tras las elecciones, señaló: “El mercado sobre reaccionó, y en parte fue porque la clase política argentina —y en particular Javier Milei— hizo un gran escándalo del resultado. Quizás fue un error. Lo positivo es que esa volatilidad envía un mensaje claro al Gobierno: todavía hay tiempo para corregir el rumbo, porque en octubre habrá otra elección. Lo que los inversores quieren saber es si habrá continuidad del ajuste fiscal. Esa es la pregunta central”.
El analista consideró que la volatilidad reciente no necesariamente complica las inversiones en el corto plazo, sino que puede servir como mecanismo de retroalimentación. “Sí, en el próximo mes y medio habrá más turbulencia. Pero en el fondo puede ser positivo: le recuerda al votante argentino que hay dos caminos posibles. En toda reforma estructural hubo retrocesos, pero el mercado suele funcionar como mecanismo de retroalimentación”, afirmó. Sobre la gestión de Milei, Papic la calificó de histórica: “Matemáticamente, el ajuste fiscal en curso no tiene precedentes. Si la inflación comienza a caer de manera sostenida, el efecto político será muy fuerte: es como darle un aumento de salario a la población sin tocar el gasto público”. Sin embargo, advirtió que los resultados inmediatos no alcanzan y que para consolidar un crecimiento sostenido, el Gobierno deberá avanzar en reformas profundas: “Transformar el mercado laboral, negociar con los sindicatos, simplificar impuestos y abrir espacio a nuevas empresas”.
En relación al contexto geopolítico y las oportunidades de inversión, Papic destacó la importancia del capital humano argentino por sobre los recursos naturales. “La oportunidad de Argentina no es el litio o el petróleo, sino su capital humano. Recursos se encuentran en muchos lugares; lo que diferencia al país es su población educada y productiva. Si Argentina logra apenas un ciclo completo de cuatro años con continuidad de reformas, será bañada en dinero. El problema nunca fue la falta de interés, sino la inestabilidad política”. Sobre los plazos para la llegada de inversiones, indicó que si en octubre se confirma un consenso social en torno a reformas pro mercado, 2026 podría marcar el inicio de un ciclo fuerte de capitales. “Los inversores no necesitan esperar hasta 2028: basta con ver continuidad en una sola administración. Lo que buscan es la señal de que el votante argentino aceptó el rumbo de cambios, aunque duelan”, concluyó. Para 2030, Papic se mostró optimista siempre que el país consolide un clima de negocios amigable: “Las industrias extractivas no emplean a mucha gente y pueden generar ilusiones pasajeras. El desafío de fondo es construir instituciones que liberen la capacidad productiva de los argentinos. Si eso ocurre, la década puede ser transformadora”.
				
				

