Liberan a Nicolás Carrizo, señalado como jefe de “Los Copitos”, mientras sigue el juicio por el atentado a Cristina Kirchner

Tras pasar tres años detenido en la cárcel de Marcos Paz, Nicolás Gabriel Carrizo, señalado como jefe del grupo denominado “Los Copitos”, recuperó este jueves su libertad. La decisión fue tomada por el Tribunal Oral Federal 6 luego de que ni la fiscalía ni la querella presentaran acusación en su contra durante la etapa de alegatos finales. Carrizo estaba detenido desde septiembre de 2022 por orden de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, cuando fue procesado como supuesto “partícipe secundario” del intento de asesinato de la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner.

“La fiscal no encontró pruebas para acusarlo, en similar postura a la querella de la ex vicepresidenta”, explicó su abogado, Gastón Marano, quien solicitó al tribunal la “inmediata soltura” de su defendido. Los jueces Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari aceptaron el pedido, permitiendo que Carrizo recupere la libertad al finalizar la audiencia en los tribunales de Retiro. Según indicaron fuentes judiciales, la decisión de la querella de no acusar a Carrizo formaría parte de una estrategia para desarmar la teoría de que el atentado fue obra del grupo de marginales, sugiriendo la posible existencia de un poder político oculto detrás del ataque.

La situación de los otros dos acusados del atentado es muy diferente. La fiscal Gabriela Baigún solicitó este miércoles penas de 15 años de prisión para Fernando Sabag Montiel, quien gatilló dos veces una pistola Bersa calibre 32 contra Cristina Kirchner el 1° de septiembre de 2022, y de 14 años para su ex novia Brenda Uliarte. Según explicó Baigún, los hechos imputados a Sabag Montiel se encuadran en delitos de “homicidio agravado por alevosía, por haber sido perpetrado mediando violencia de género en su modalidad de violencia política y por el empleo de un arma de fuego, en grado de tentativa, en calidad de autor penalmente responsable”, además de la portación de un arma de guerra sin autorización.

En relación a Uliarte, la fiscal sostuvo que los cargos incluyen homicidio agravado en las mismas condiciones, en calidad de “partícipe necesaria penalmente responsable”. Baigún detalló que Sabag Montiel “tenía un arma de fuego de verdad”, cargada y apta para disparar, y lo describió como un “megalómano con ideas delirantes” influenciado por creencias esotéricas y grupos antisemitas. Sobre Uliarte, indicó que “no presenta ningún transporto psíquico”, aunque durante el juicio mostró conductas inusuales, como risas inmotivadas y excitación psicomotriz, que fueron interpretadas por expertos como actuaciones y no como impedimentos para comprender la criminalidad.

El debate del juicio oral continuará el 10 de septiembre próximo, cuando los jueces deberán determinar la imputabilidad de los acusados y definir las penas definitivas. La liberación de Carrizo marca un giro en la causa, mientras que el proceso judicial sigue concentrando la atención pública y mediática sobre los detalles del atentado a la ex vicepresidenta.