Tras el mensaje del presidente Javier Milei defendiendo sus vetos, el oficialismo en el Congreso se mostró satisfecho con el tono del mandatario y confía en que cuenta con el tercio necesario para sostenerlos. Sin embargo, saben que no pueden avanzar solos y esperan que la oposición dé el primer paso para intentar sesionar. Mientras tanto, la estrategia se centra en cuidar a los aliados y monitorear a los legisladores “heridos” por el cierre de listas, algunos con escasa representación pero alto poder de impacto.
“Los 86 votos necesarios hoy están. Por eso a mí me gustaría hacerlo ya y que queden asegurados. Pero no tenemos manera de conseguir los 129 del quórum necesarios para abrir la sesión, aunque estudiamos opciones. Hay que esperar que muevan ellos primero”, admitió a Clarín un referente clave dentro de la bancada libertaria. La oposición, en tanto, no planea sesiones inmediatas y apuesta a avanzar primero en comisiones con proyectos sobre coparticipación de ATN y el Impuesto a los Combustibles, para luego presionar por la aprobación conjunta en una misma sesión, complicando la estrategia oficialista.
La actividad del oficialismo no es pasiva: diputados como Martín Menem y el jefe de bloque Gabriel Bornoroni lideran una permanente tarea de sondeo y contención con aliados. “Somos como psicólogos. Vemos cómo están, qué necesitan, qué los frustra. Después, en la mayoría de los casos, el poder de fuego lo tiene la Rosada”, explicó un legislador que participa de estas gestiones. Tras la última sesión, los diputados libertarios analizaron el escenario en una comida donde calcularon que 86 votos son el “número mágico” para sostener los vetos si se presentan 257 diputados, una cifra que puede bajar con ausencias o abstenciones: “Cada tres ausencias necesitamos uno menos”, afirmaron.
El oficialismo observó con atención la actuación de la bancada radical de Rodrigo de Loredo, que aportó más diputados para el quórum y respaldó en general los proyectos de la semana. Sin embargo, la UCR quedó fuera de los acuerdos con La Libertad Avanza en provincias claves como Córdoba y Buenos Aires, aunque los libertarios mantienen la intención de “pintar de violeta” a De Loredo. La sesión evidenció “amenazas” pero también la posibilidad de trabajar sobre “heridos y enojados” tras el cierre de listas.
En cuanto a la oposición, la irrupción de la liga de Provincias Unidas no alteró significativamente el mapa político del Congreso, ya que, pese a la unión electoral de cinco gobernadores, sus legisladores actuaron dispersos. El PRO y la UCR mantienen acuerdos clave con dirigentes como Alfredo Cornejo, Rogelio Frigerio y Leandro Zdero para asegurar votos en el Congreso. La Libertad Avanza cuenta con 46 diputados propios y el PRO con 35 leales hasta 2027, aunque existen tensiones internas que pueden generar ausencias o abstenciones. Por su parte, el MID y bloques provinciales siguen siendo decisivos para las mayorías oficiales.
Mientras se aguarda la insistencia de los proyectos vetados, la oposición avanza en la Cámara de Diputados con nuevas iniciativas resistidas por el Ejecutivo, aunque ahora el ritmo dependerá del Senado. El Gobierno confía en que tras las elecciones de octubre logrará fortalecer su base y acercarse al tercio propio que le permita bloquear intentos opositores.