El FMI libera un nuevo desembolso, pero advierte por reservas bajas y señales de enfriamiento económico

Tras aprobar la primera revisión del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno recibirá en las próximas horas un desembolso de US$ 2.000 millones. Los fondos se destinarán en parte a reforzar las debilitadas reservas del Banco Central y, en parte, al pago de obligaciones con el propio organismo. Apenas ingrese el giro, el Tesoro deberá cancelar un vencimiento de US$ 824 millones en intereses y comisiones. Este refuerzo se suma al anticipo de US$ 12.000 millones que el Fondo otorgó en abril como parte de un préstamo total de US$ 20.000 millones, condicionado a la adopción de un nuevo esquema cambiario con bandas entre $ 1.000 y $ 1.400 y a un levantamiento parcial del cepo.

En su informe técnico, el FMI reconoció que la Argentina no cumplió la meta de reservas del segundo trimestre, que se ubicaron en -US$ 4.700 millones, frente al objetivo de -US$ 1.100 millones. La demora en aprobar la revisión llevó a relajar la meta en US$ 5.000 millones y a espaciar las fiscalizaciones, que ahora serán semestrales. El organismo alertó que el país figura entre los últimos en el ranking de reservas de mercados emergentes y pidió que el Banco Central tenga un rol “más activo” en la compra de divisas, siguiendo modelos como Chile, Colombia o México. También advirtió sobre el salto del déficit de cuenta corriente, que a fin de año llegaría a US$ 11.800 millones, equivalente al 1,7% del PBI, impulsado por la apertura comercial y el aumento de importaciones.

En el plano económico, el Fondo destacó que “la actividad económica sigue siendo resiliente, aunque hay señales de cierta moderación”. Según el informe, el PBI creció 5,8% interanual en el primer trimestre de 2025 gracias a una demanda interna mayor a la prevista, pero la recuperación es desigual: agricultura, energía y minería muestran dinamismo, mientras que construcción y manufactura permanecen “rezagadas”. El organismo proyecta una desaceleración para el resto del año por el endurecimiento monetario, el menor crecimiento global y la apreciación real del peso. Además, alertó que “los indicadores de alta frecuencia apuntan a una cierta moderación en la actividad y la demanda desde finales de abril, en línea con una desaceleración en la creación de empleo y el crecimiento de los salarios reales”. Entre noviembre de 2023 y abril de 2025, el empleo asalariado privado cayó en 130.681 puestos, reflejando un mercado laboral todavía frágil.