El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este jueves la primera revisión del programa económico acordado con Argentina hace tres meses, destrabando un desembolso de US$ 2.000 millones que estaba pendiente desde junio, a pesar de que el país incumplió la meta de acumulación de reservas durante el segundo trimestre, afectado por tensiones cambiarias y pagos de deuda. El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que los fondos llegarán el próximo lunes y anticipó además una modificación del cronograma para la acumulación de reservas, aunque el Fondo no lo mencionó en su comunicado oficial.
En el comunicado, el FMI destacó que esta revisión “marca un hito temprano importante dentro del programa”, que busca fortalecer las finanzas públicas, reducir la inflación, reconstruir reservas y sentar las bases para un crecimiento sostenido liderado por el sector privado. “A pesar de un contexto global más desafiante, el Directorio Ejecutivo evaluó que la implementación del programa ha sido sólida, reflejando políticas adecuadamente restrictivas”, expresó el organismo. Sin embargo, reconoció que no se alcanzó la meta de reservas netas fijada para junio, aunque se cumplieron otros criterios y se adoptaron medidas correctivas para acercar las reservas al objetivo. En este sentido, Argentina debía acumular US$ 4.400 millones en reservas netas, pero las dificultades llevaron a postergar la revisión y a un cambio de estrategia, que incluyó compras de dólares a través del Tesoro y emisión de deuda.
La titular del FMI, Kristalina Georgieva, afirmó que el programa “tuvo un inicio sólido, a pesar de un entorno externo desafiante”, y destacó que “las políticas macroeconómicas restrictivas facilitaron la transición hacia un régimen cambiario más flexible y la flexibilización de controles cambiarios”. Además, resaltó que la economía argentina “siguió expandiéndose, la pobreza disminuyó y se reanudó la desinflación”. Sin embargo, advirtió que “la política monetaria estricta debe continuar” para controlar la inflación, y que “es esencial mantener la flexibilidad cambiaria mientras se continúa con los esfuerzos para reconstruir reservas, lo cual es crítico para gestionar shocks y acceder a mercados internacionales”. También enfatizó la necesidad de continuar con la consolidación fiscal mediante reformas tributarias y un control estricto del gasto público, al tiempo que se mantenga el espacio para la asistencia social.
Entre las novedades, el ministro Caputo anunció un nuevo “cronograma más compatible con la evolución macroeconómica”, que se verá reflejado en el próximo informe del staff técnico del FMI. Destacó que en los últimos 35 días el gobierno compró US$ 1.500 millones en el mercado de cambios, lo que ayudó a “retirar divisas que de otro modo habrían salido al mercado”. Por su parte, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, confirmó que se aprobó un aumento en los encajes bancarios para fortalecer la regulación monetaria, con una suba del efectivo mínimo de depósitos en pesos a la vista del 35% al 40%, y ajustes en otros instrumentos financieros, en medio de una rueda marcada por una fuerte suba del dólar, que cerró cerca del techo de la banda cambiaria.