Tensión, vetos y traiciones: el detrás de escena del cierre de listas en el peronismo bonaerense

El cierre de listas del pasado sábado en la provincia de Buenos Aires dejó heridas en todos los espacios políticos, pero ninguna interna fue tan feroz como la del peronismo. En medio de amenazas cruzadas, impugnaciones, sospechas por cortes de luz y acusaciones de vetos, la lista oficialista terminó de presentarse recién el lunes al mediodía, unas 36 horas después del plazo estipulado originalmente. El ala alineada con Axel Kicillof llegó incluso a preparar una nómina propia dentro del Partido del Trabajo y la Equidad (PARTE), el sello fundado por Alberto Fernández en su alejamiento del kirchnerismo. Aunque esa alternativa no prosperó, puso en evidencia una grieta profunda entre el kicillofismo y La Cámpora.

Uno de los protagonistas inesperados del caos fue Pablo Ayala, militante de La Matanza cercano a Andrés “el Cuervo” Larroque, quien llegó a firmar como candidato a diputado en la lista alternativa del kicillofismo. En un extenso posteo de Facebook, Ayala relató su efímera experiencia como “candidato por un fin de semana”. A pesar de encontrarse enfermo, fue convocado de urgencia a la Casa de Gobierno bonaerense y, tras una espera de más de dos horas, rubricó su firma en una nómina encabezada por Verónica Magario. “¿Les dije que a esa hora el peronismo estaba roto?”, ironizó. Sin embargo, al regresar a su casa en la madrugada del domingo, se enteró de que había sido vetado. “Mi nombre no está en la lista porque alguien lo vetó. Era obvio, tampoco es lo que importa”, escribió con resignación, aunque luego borró el post.

El relato de Ayala dejó al descubierto una trama de tensiones internas, decisiones de último momento y una cúpula dirigencial que definió candidaturas entre negociaciones frenéticas. La lista del kicillofismo, que llegó a contar con 26 nombres, terminó con apenas cuatro de ellos en la boleta final del Frente Patria. Magario conservó su lugar en la cabeza del listado, aunque es poco probable que asuma la banca. Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown, pasó del segundo lugar en la lista original al cuarto en la definitiva. José Galván y Laura Chamorro también lograron ingresar, aunque relegados a posiciones con escasas chances.

Dentro de la interna, la figura de Larroque también salió debilitada. El ministro de Desarrollo de la Comunidad no logró colocar ninguno de sus nombres en la nómina definitiva, lo que le valió una burla interna: sus adversarios lo rebautizaron como “Cuervo Dan”, en alusión al troll libertario Daniel “Gordo Dan” Parisini, marginado también de las listas de La Libertad Avanza. “Es cierto: los que siempre se quedan con todo se volvieron a quedar con todo”, se lamentó Ayala, reflejando una sensación extendida entre militantes desplazados. Mientras tanto, desde las bases, muchos compañeros y compañeras de militancia se solidarizaron con él, señalando a La Cámpora o a Nuevo Encuentro como responsables del veto.

La interna del peronismo bonaerense deja al descubierto no solo una disputa por lugares, sino también una crisis de representación y pertenencia en un espacio que aún intenta recomponerse tras las derrotas nacionales. Con heridas abiertas y una unidad apenas lograda a último momento, el cierre de listas dejó más preguntas que certezas en el oficialismo provincial.