En un nuevo intento por enfrentar de manera coordinada al crimen organizado y el terrorismo internacional, Argentina, Brasil y Paraguay avanzan en la instalación de una base conjunta de inteligencia en la Triple Frontera, con colaboración logística del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI). La oficina central estará ubicada en Puerto Iguazú, en territorio argentino, lindera con Foz do Iguaçu (Brasil) y Ciudad del Este (Paraguay), una región históricamente sensible por ser epicentro de actividades ilícitas como el contrabando, el lavado de dinero y el tráfico de drogas.
Aunque la presencia de agentes estadounidenses en la zona no es nueva —tradicionalmente ha sido más visible la participación de la CIA—, el renovado interés por la Triple Frontera está vinculado al actual conflicto en Medio Oriente. Informes de inteligencia occidental advierten que, tras la ofensiva israelí contra la cúpula de Hezbollah en el Líbano, parte de las operaciones financieras y logísticas del grupo chiita podría replegarse en esta región sudamericana. Cabe recordar que desde allí salieron los responsables de los atentados contra la Embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994), ambos con vínculos atribuidos a Hezbollah.
Aunque el gobierno argentino ha evitado pronunciarse oficialmente sobre la nueva base, el ministro del Interior paraguayo, Enrique Riera, confirmó su creación y detalló que agentes locales están siendo entrenados por el FBI para operar en ella. Además, anticipó que la base funcionará en coordinación con el Comando Tripartito —instancia de cooperación regional creada en 1996— y que se establecerá un esquema de oficinas interconectadas por medios seguros y una coordinación rotativa entre los tres países. “Se va a manejar mucha inteligencia”, afirmó Riera, destacando la importancia estratégica del nuevo centro.
La iniciativa fue discutida en paralelo a la última cumbre del Mercosur, celebrada en Buenos Aires el pasado 3 de julio, en una reunión entre la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, y su par brasileño de Justicia, Ricardo Lewandowski. Si bien Bullrich evitó dar detalles, la reunión fue clave para dar luz verde a este nuevo paso en la cooperación regional. La base tendrá réplicas operativas en Foz do Iguaçu y Ciudad del Este, aunque aún no está claro cómo se articularán estas estructuras con otros esquemas ya existentes ni cómo se compartirá la información entre los países y las agencias estadounidenses, en una zona donde la desconfianza y la competencia entre fuerzas ha sido históricamente un obstáculo.
El acuerdo fue incorporado como parte de las prioridades del mandato de Brasil al frente del Mercosur, según lo anunció el presidente Luiz Inácio Lula da Silva al asumir la presidencia pro témpore del bloque. Entre los cinco ejes de su gestión, Lula destacó la lucha contra el crimen organizado transnacional y el fortalecimiento de la cooperación regional en seguridad. La iniciativa también contempla a Bolivia, que recientemente fue incorporada como miembro pleno del Mercosur.