El intenso frío polar que atraviesa el país dejó marcas no solo en las temperaturas, sino también en el sistema energético nacional, donde el consumo de electricidad y gas natural alcanzó niveles récord. Este fuerte aumento en la demanda generó inconvenientes en la distribución, que obligaron a realizar cortes preventivos para evitar fallas mayores. La noche más fría del año dejó sin luz a unos 100.000 usuarios en distintas zonas de Buenos Aires, y aunque los cortes fueron calificados como “preventivos” debido a la “alta demanda”, la situación sigue siendo crítica y la alerta permanece vigente.
Según datos oficiales, la demanda eléctrica superó los 27.000 megavatios durante la noche del lunes, acercándose al récord histórico de julio de 2024, que fue de 26.679 MW. En las primeras horas del martes aún se registraban más de 21.000 usuarios sin suministro, con zonas críticas como Escobar, La Matanza, Moreno, San Miguel y varios partidos del sur del Gran Buenos Aires, además de barrios porteños como Villa Devoto y Villa Luro. Aunque hacia el mediodía el número de usuarios sin luz bajó a unos 11.000, la normalización del servicio es gradual y las compañías Edenor y Edesur continúan trabajando para restablecer completamente el suministro.
El origen de la crisis energética radica en la alta demanda provocada por el frío extremo y problemas en la generación local. La central nuclear Atucha II está fuera de servicio hasta al menos el 6 de julio, lo que obligó a reforzar la importación de electricidad desde Brasil, Paraguay y Uruguay. Además, fallas en la central Ensenada Barragán y tareas de mantenimiento en parte de la generación de Costanera saturan la red en la zona sur. Para evitar desabastecimientos, las distribuidoras aplican cortes en sectores considerados no esenciales y restringen el suministro de gas natural a usuarios “interrumpibles”, como industrias y estaciones de GNC con contratos más baratos, que representan alrededor del 80% del mercado, según la Cámara de Expendedores de GNC. En el área metropolitana, unas 640 estaciones sufrieron restricciones o suspendieron ventas desde este martes.
El pronóstico meteorológico prevé que el frío intenso continuará durante los primeros días de julio, con temperaturas mínimas que en la zona núcleo podrían descender entre -5 y -8 °C, acompañadas de heladas generalizadas en provincias como Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos. Esta ola polar, impulsada por un sistema de alta presión en el centro del continente, mantendrá alta la demanda energética, por lo que las autoridades y empresas del sector seguirán implementando medidas para evitar cortes masivos y preservar el suministro prioritario.
En este contexto, la población debe prepararse para una semana de bajas temperaturas y posibles interrupciones, mientras los servicios trabajan para restablecer la normalidad en el sistema eléctrico y de gas.