A raíz de la reciente prisión domiciliaria de Cristina Kirchner, el kirchnerismo comenzó a reconfigurar este domingo su estrategia electoral para la provincia de Buenos Aires, el principal distrito del país y bastión clave del peronismo. En un encuentro que reunió a las principales fuerzas internas, incluido el gobernador Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa, se acordó competir en un frente unido para las próximas elecciones desdobladas: el 7 de septiembre para diputados y senadores provinciales, y el 26 de octubre para legisladores nacionales.
Según fuentes peronistas, la reunión tuvo un clima “bueno”, aunque con “algunas discusiones picantes”, en un contexto marcado por la tensión política tras la detención domiciliaria de la ex presidenta. El encuentro evidenció un giro en la dinámica interna, con La Cámpora moderando sus críticas hacia Kicillof y aceptando negociar desde una posición más igualitaria. En ese marco, se consensuó que las candidaturas se definan priorizando la competitividad electoral, para evitar derrotas en un territorio crucial que gobierna el kirchnerismo.
Operativamente, se conformó una mesa chica integrada por representantes de los tres sectores —Movimiento Derecho al Futuro, Frente Renovador y La Cámpora— encargada de decidir quiénes encabezarán las listas seccionales. No obstante, la conducción estratégica de la campaña quedó en manos de Kicillof, lo que, según analistas políticos, podría permitir a La Cámpora deslindar responsabilidades en caso de una derrota electoral. Además, el peronismo acordó mantener una postura conjunta para “enfrentar las políticas de ajuste y endeudamiento de Milei, defender la inocencia de CFK y evitar que ingrese la motosierra a la provincia de Buenos Aires”.
La reunión se extendió entre las 18 y las 22 horas, entre mates y facturas, y está previsto que se reúnan nuevamente el próximo martes para profundizar el trabajo sobre los temas electorales. Por el Movimiento Derecho al Futuro participaron, además de Kicillof, su jefe de asesores Carlos “Carli” Bianco, y varios intendentes de peso como Julio Alak (La Plata), Mario Secco (Ensenada), Fernando Espinoza (La Matanza), Andrés Watson (Varela) y Alberto Descalzo (ex Ituzaingó).
El Frente Renovador estuvo liderado por Sergio Massa y su cuñado Sebastián Galmarini, acompañado por Alexis Guerrera, presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, y Luis Andreotti, intendente de San Fernando. La delegación de La Cámpora estuvo encabezada por Máximo Kirchner, junto a las intendentas Mayra Mendoza (Quilmes), Mariel Fernández (Moreno) y el jefe comunal Federico Otermín (Lomas de Zamora).
Este acuerdo refleja la urgencia del peronismo de consolidar una estrategia común que contenga las tensiones internas y optimice sus chances electorales en el distrito más disputado, en un momento marcado por la coyuntura judicial y la incertidumbre política que atraviesa el kirchnerismo.