El equipo económico del Gobierno encabezado por Luis Caputo comenzó este martes una serie de reuniones presenciales con la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), que se encuentra en Buenos Aires para llevar adelante la primera revisión del programa acordado en abril. El acuerdo contempla un crédito de US$ 20.000 millones y exige al Ejecutivo mostrar avances concretos en acumulación de reservas y ordenamiento fiscal. Los encuentros se desarrollaron en el Banco Central y continuaron durante la tarde en el Ministerio de Economía.
La misión está liderada por el economista nepalés Bikas Joshi, quien arribó a la Argentina acompañado por un equipo técnico. El representante del Fondo en el país, Max Alier, ya había mantenido conversaciones preliminares la semana pasada con actores del sector privado para tomar nota del panorama económico. “Se van a reunir toda la semana”, confirmaron fuentes oficiales. El objetivo de las auditorías es revisar si se están cumpliendo las metas comprometidas, particularmente el aumento de reservas netas que el Banco Central debía llevar de US$ -4.900 millones a US$ -500 millones para el 13 de junio y a US$ 4.000 millones positivos para fin de año.
A pesar del fuerte ingreso de divisas por parte del sector agroexportador en las semanas previas a la suba de retenciones, el BCRA no logró sumar reservas en el mercado cambiario. En cambio, recurrió a mecanismos alternativos como la emisión de bonos en dólares y un préstamo REPO con bancos, lo que permitió una acumulación de apenas US$ 2.000 millones. Si bien el FMI había postergado su revisión de junio para otorgar mayor margen de maniobra al gobierno, el resultado fue insuficiente, y ahora se evaluará con lupa cómo se piensa cumplir el resto del programa.
El organismo internacional también pondrá especial atención en la situación fiscal. A pesar de que el Gobierno exhibe un superávit primario del 0,8% del PBI en los primeros cinco meses del año y logró superar la meta de junio, la fuerte caída en la recaudación encendió señales de alerta. En respuesta, Caputo ordenó este martes que los organismos públicos con excedentes de caja destinen esos fondos a la compra de bonos del Tesoro, como medida para reforzar las cuentas fiscales.
La visita del FMI ocurre en un contexto económico complejo, marcado por factores externos e internos. Por un lado, la tensión geopolítica en Medio Oriente impacta sobre el precio del petróleo. Por otro, el reciente revés de MSCI, que decidió no mejorar la calificación financiera de Argentina, y una nueva demanda en tribunales estadounidenses por US$ 1.700 millones vinculados a los bonos atados al PBI, suman presión al frente externo.
Al mismo tiempo, el clima social se tensa con movilizaciones sindicales contra el ajuste. Este miércoles, gremios del transporte (CATT y UGATT), portuarios (FeMPINRA), estatales (ATE), metalúrgicos (UOM) y las centrales de trabajadores CTA, marcharán al Ministerio de Desregulación para rechazar lo que definen como “el plan de saqueo” impulsado por Federico Sturzenegger. Así, la auditoría del Fondo se da en un escenario en el que el Gobierno busca mostrar avances económicos mientras enfrenta crecientes cuestionamientos internos.