Francia e Italia reclamaron este lunes un “mayor equilibrio” en el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, con el objetivo de proteger de manera más eficaz al sector agrícola europeo y garantizar el cumplimiento de la normativa sanitaria comunitaria. Benjamin Haddad, Ministro Delegado francés para Europa, se reunió en Roma con Tommaso Foti, Ministro italiano de Asuntos Europeos, Ordenación del Territorio y Políticas de Cohesión, para debatir posibles modificaciones al acuerdo que ambas naciones respaldan, pero con cambios.
“Francia e Italia reafirman su apoyo a un libre comercio justo y recíproco, así como a acuerdos comerciales sostenibles, que son motores esenciales del crecimiento, el acceso a los mercados y la influencia internacional de nuestras empresas”, indicaron en un comunicado conjunto. Sin embargo, advirtieron que “si bien el acuerdo UE-Mercosur ofrece beneficios, no protege adecuadamente a los agricultores europeos frente a los riesgos de perturbaciones del mercado ni garantiza la soberanía alimentaria del continente a largo plazo”. Por eso, Haddad y Foti coincidieron en la necesidad de “adoptar cláusulas específicas que protejan mejor a nuestros agricultores y a nuestras normativas sanitarias”, asegurando que el acuerdo debe respetar los estándares sanitarios, ambientales y sociales europeos para mantener la equidad entre productores.
El acuerdo, firmado políticamente el 6 de diciembre de 2024 tras más de 25 años de negociaciones, busca aumentar el comercio y la inversión bilateral, reducir barreras arancelarias y no arancelarias, especialmente para pequeñas y medianas empresas, y establecer normas más estables en materia de propiedad intelectual, seguridad alimentaria y competencia. Sin embargo, la fuerte resistencia agrícola francesa, que rechaza la importación de carnes del Mercosur, junto con las estrictas condiciones sanitarias y la competencia del bloque sudamericano, han sido los principales obstáculos para su plena implementación.
La reciente visita del presidente brasileño Lula da Silva a Francia fue clave para modificar la postura de Emmanuel Macron, quien ahora ve el acuerdo como una herramienta estratégica para hacer frente a la guerra comercial impulsada por Estados Unidos. El gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, destacó que estos acuerdos “podrían amortiguar la guerra de aranceles vinculados a la política comercial estadounidense”. Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, propuso introducir cláusulas de salvaguarda y “frenos de urgencia” al acuerdo, similares a las medidas aplicadas con Ucrania para evitar la desestabilización de sectores sensibles, como el agrícola, tras la liberalización temporal de importaciones ucranianas. Con estas gestiones, Francia e Italia buscan un equilibrio que permita avanzar con el pacto sin comprometer sus sectores productivos más vulnerables.