El Gobierno negocia en EE.UU. una salida al aumento de aranceles al acero y aluminio argentino

Frente al endurecimiento de la política comercial estadounidense y el inminente incremento de los aranceles al acero del 25% al 50%, el Gobierno argentino envió una delegación a Washington con el objetivo de evitar un impacto mayor en las exportaciones nacionales. Encabezada por el secretario de Industria y Comercio, Pablo Lavigne, y la subsecretaria de Comercio Exterior, Carolina Cuenca, la comitiva busca abrir una instancia de negociación para proteger los envíos de acero y aluminio, dos productos claves para la relación bilateral. Ambos funcionarios responden al ministro de Economía, Luis Caputo.

El viaje se produce luego del anuncio del expresidente Donald Trump, quien confirmó la suba de aranceles durante un acto en Pennsylvania, argumentando que busca “proteger a la industria de acero estadounidense”. La noticia tomó por sorpresa a las autoridades argentinas, que ya habían atravesado una etapa de negociaciones tras la aplicación de aranceles del 25% en marzo, medida que dejó sin efecto el cupo de 180.000 toneladas que regía desde la gestión de Mauricio Macri. “Están negociando en este momento”, confirmaron desde el sector privado, mientras que fuentes del Gobierno reconocieron la dificultad del panorama pero mantienen las gestiones abiertas.

El impacto del nuevo arancel golpea principalmente a dos empresas: Techint, que produce tubos sin costura en Campana para la industria energética, y Aluar, el principal exportador de aluminio del país desde su planta en Puerto Madryn. En 2024, las exportaciones de estos metales a Estados Unidos superaron los US$ 600 millones, siendo el aluminio el componente más significativo. “Los aranceles impuestos son tan elevados e inciertos que están generando una disrupción en los precios y en la oferta y demanda global de aluminio”, señalaron desde Aluar. Además, agregaron que “la regularización de las operaciones está a la espera de las gestiones del gobierno argentino y de que se pueda clarificar el panorama en las próximas semanas”.

En paralelo a las tarifas, la agenda de la comitiva incluye otros temas de fricción comercial: barreras para arancelarias, regulación de patentes, propiedad intelectual y economía informal. En este punto, Estados Unidos ha cuestionado la situación de la piratería y las falsificaciones en zonas como La Salada y Once, incluso mencionadas en el último informe de la Oficina del Representante de Comercio (USTR). “Nos preocupan todos los productos, Estados Unidos busca que haya cierta reciprocidad”, señalaron desde Industria y Comercio. La idea es avanzar con acuerdos puntuales que permitan exceptuar al menos 50 productos en forma bilateral, aunque las condiciones del Mercosur limitan la posibilidad de firmar un tratado de libre comercio.

En lo que va del año, este es el cuarto encuentro bilateral centrado en el comercio entre ambos países. Las gestiones anteriores incluyeron visitas de altos funcionarios estadounidenses a Buenos Aires y misiones argentinas a Washington. “Si nos focalizamos en Estados Unidos, de los US$ 6.500 millones de exportación a este país en 2024, casi el 50% está exceptuado de aranceles, pero sí está afectado el aluminio y el acero, que representan el 8% de las exportaciones”, explicó el titular de la Cámara de Exportadores (CERA), Fernando Landa. Mientras tanto, en el Gobierno apuestan a que la diplomacia evite un nuevo golpe para las empresas locales y, por extensión, para las reservas argentinas.