Apenas cinco horas después de que el PRO sufriera una histórica derrota en la Ciudad de Buenos Aires tras 18 años de hegemonía, el ex presidente Mauricio Macri dejó el país rumbo a Madrid. Lo hizo en un vuelo privado junto a su esposa Juliana Awada y un grupo de amigos, entre los que se encontraba el empresario energético Alejandro Macfarlane. El viaje, previsto con anterioridad, coincidió con el mal resultado electoral que ubicó a Silvia Lospennato en un lejano tercer puesto, detrás de Leandro Santoro y del libertario Manuel Adorni. “El resultado de la elección fue darle el crédito al Presidente de que el camino emprendido es el correcto”, declaró Jorge Macri intentando bajar el tono a la interna.
En la capital española, Macri participará de un homenaje a Mario Vargas Llosa organizado por la Fundación Libertad y de una cumbre de exmandatarios iberoamericanos. También se mostró en un acto de respaldo a Edmundo González, presidente electo de Venezuela. Mientras tanto, en la Argentina, el PRO atraviesa una fuerte crisis interna. La derrota en la Ciudad dejó al descubierto diferencias estratégicas, reproches cruzados y amenazas de ruptura. Una de las principales críticas apunta a la decisión de adelantar las elecciones y de “municipalizar” el debate electoral, estrategia impulsada por el propio Macri y respaldada por el actual jefe de Gobierno, Jorge Macri.
Las responsabilidades, sin embargo, se reparten. Parte del malestar se dirige hacia el consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, quien asesoró la campaña y acumula tres derrotas en el país: con Cristina Kirchner en 2017, con Sergio Massa en 2023 y ahora con el PRO. También se cuestiona la tarea de César “Tuta” Torres, secretario de Atención Ciudadana y hombre de confianza del jefe de Gobierno, por su desempeño territorial. En ese contexto, comenzaron a circular rumores sobre posibles cambios en el Gabinete porteño, aunque desde el entorno de María Eugenia Vidal negaron que se sume al equipo de gestión.
Mientras tanto, avanzan negociaciones con La Libertad Avanza. El diputado Cristian Ritondo, con vínculos estrechos con Sebastián Pareja —armador libertario en Buenos Aires— y Santiago Caputo, quedó a cargo de los contactos. Ritondo comparte estrategia con Diego Santilli, otro dirigente del PRO que se muestra dispuesto a acercarse a los libertarios. Ambos participaron recientemente de reuniones con Karina Milei y Pareja. Desde el oficialismo, dejaron en claro que no habrá alianzas en Buenos Aires: “la única manera de que vayan juntos es que los dirigentes se pasen al partido violeta”.
Entre los intendentes del PRO se abre una grieta. Algunos, como Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Ramón Lanús (San Isidro) y Pablo Petrecca (Junín) están dispuestos a sellar acuerdos con los libertarios. Otros, como Soledad Martínez (Vicente López), resisten la presión y buscan preservar la identidad partidaria. Argumentan que, con elecciones municipales desdobladas previstas para el 7 de septiembre, el PRO mantiene fuerza territorial, mientras que La Libertad Avanza carece de estructura local. El viaje de Macri lo aleja del frente de tormenta, pero no logra calmar la tensión creciente dentro de su espacio político.