El Gobierno argentino decidió no participar activamente ni firmar la declaración final de la cuarta cumbre entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que concluyó este miércoles en Beijing con la aprobación unánime de todos los países de la región excepto Argentina. De los 33 países miembros del bloque, 32 suscribieron el documento conjunto junto con la potencia asiática, mientras que la Casa Rosada optó por mantener una postura de “ausencia” que genera dudas sobre la continuidad del país en este foro regional, del que no forman parte Estados Unidos ni Canadá.
Según el texto oficial, “La República Argentina estuvo ausente del Plenario Ministerial en la Cuarta Reunión del Foro CELAC-China y no participó en la adopción de estos documentos”. El documento, compuesto por 28 puntos, apela a la unidad regional y a la cooperación, sin imponer compromisos vinculantes. En contraste con la falta de presencia formal argentina, el encuentro fue protagonizado por líderes como Xi Jinping, Lula da Silva, Gustavo Petro y Gabriel Boric, con quienes el presidente Javier Milei mantiene relaciones tensas. Pese a que Milei había anunciado su intención de asistir en septiembre pasado, finalmente ni él ni el canciller Gerardo Werthein viajaron a Beijing. En su lugar, el Gobierno envió una delegación reducida encabezada por el jefe de Gabinete de Cancillería, Ricardo Lachterman, y el vicecanciller Eduardo Bustamante, quienes trasladaron un mensaje de “presencia” y continuidad en la relación bilateral con China.
La decisión de ausentarse también obedece a la compleja relación con China, principal socio comercial del país y con quien Argentina mantiene un acuerdo de swap por 19.000 millones de dólares. “Nunca afirmamos que el presidente iba a viajar en esta época, dijimos sí que había algún chance de que esté en la cumbre”, explicó Manuel Adorni, vocero de Milei, quien afirmó que la ausencia presidencial no afectará las “buenas relaciones bilaterales”. Por su parte, la cumbre evidenció tensiones geopolíticas, con fuertes alusiones veladas a Estados Unidos en defensa del multilateralismo y la cooperación igualitaria, en un escenario donde la creciente influencia china en América Latina choca con la política exterior estadounidense, especialmente bajo la administración Trump. La postura argentina, aliada con Estados Unidos, contrasta con el resto de la región y podría motivar un replanteo sobre la utilidad de la CELAC para el país, en un contexto en que tampoco hubo respaldo para el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas, un apoyo que hasta ahora se mantenía en reuniones similares.