Tras la liberación del cepo cambiario en la segunda mitad de abril, el mercado financiero argentino muestra señales de estabilización en el tipo de cambio, ubicándose en la parte baja de las bandas de flotación establecidas por el Banco Central. El dólar mayorista cerró el miércoles previo al feriado largo con un incremento menor a los 100 pesos en todo el mes, mientras que la brecha entre el dólar oficial y las cotizaciones paralelas llegó a desaparecer e incluso a volverse negativa. Este escenario alentó a los inversores a retomar el carry trade, una estrategia que consiste en posicionarse en pesos para aprovechar las altas tasas de interés, con ganancias que superaron el 10% en dólares durante abril. En mayo, la expectativa es que el tipo de cambio se mantenga estable mientras continúe la liquidación de la cosecha gruesa.
Desde la consultora Cohen destacaron que la salida del cepo dejó un balance positivo, aunque subrayaron que el verdadero desafío para la economía argentina está en la capacidad del Banco Central para acumular reservas internacionales. Estas reservas se han visto reforzadas recientemente por el desembolso de 12.000 millones de dólares realizado por el FMI. “El primer impacto fue positivo, pues la brecha cambiaria se redujo, el tipo de cambio se ubica entre el centro y la parte baja de la banda y la inflación –aunque elevada– habría mostrado un traslado acotado, pudiendo cerrar incluso por debajo de la de marzo”, explicaron los analistas. Sin embargo, advirtieron: “El éxito inicial deberá consolidarse a través de la acumulación sostenida de reservas, un objetivo clave no solo para cumplir con el programa acordado con el FMI, sino también para fortalecer la estabilidad financiera, reducir el riesgo país y recuperar el acceso al crédito internacional”.
En línea con esta visión, Adcap Grupo Financiero enfatizó que la prioridad de la administración actual es acumular reservas, aunque esto se dará en paralelo con un proceso de desinflación. “La oferta estacional de dólares proveniente de la cosecha debería superar la demanda y llevar al tipo de cambio oficial hacia el piso de la banda”, señalaron. Por su parte, Delphos coincidió en que el mercado “le cree” a las bandas de flotación impuestas por el Gobierno, pero aclararon que su sostenibilidad dependerá en gran medida del éxito en la desaceleración inflacionaria. “Tras el fin del cepo, el dólar quedó cerca del centro de la banda y las tasas de Lecaps y Boncaps comprimieron significativamente. Así, los tipos de cambio implícitos rozan el límite superior, disminuyendo el riesgo de las estrategias de carry trade sin abrir arbitrajes claros”, indicaron. Finalmente, subrayaron que “las bandas siguen siendo creíbles, pero exigen desinflación sostenida: un rebrote de precios pondría en jaque su techo, que para mediados de 2026 se alinea con el promedio del tipo de cambio real multilateral de la era Macri”.