Hace diez días, una misión estadounidense encabezada por Robert Garverick, subsecretario de Política y Negociaciones Comerciales del Departamento de Estado, visitó Buenos Aires para monitorear el avance de las medidas solicitadas por la Casa Blanca en el marco de la revisión de los aranceles recíprocos del 10% que afectan a la Argentina. La visita se mantuvo en estricta reserva, tanto por parte de la embajada de Estados Unidos como del gobierno argentino, y se realizó en un contexto de negociaciones delicadas y con encuentros que incluyeron funcionarios oficiales y representantes del sector privado en la sede diplomática norteamericana. “La negociación está bastante encriptada, Argentina y Estados Unidos se exceptuarían recíprocamente 50 productos o algunos más, bajando a cero los aranceles, cero para entrar allá y cero para que los americanos entren en Argentina, lo que tuvo el visto bueno del Mercosur en la reunión del último viernes”, explicó una fuente cercana a las conversaciones.
El aval del Mercosur, otorgado en la reciente reunión de cancilleres en el Palacio San Martín, autorizó la “ampliación temporal” de la lista nacional de excepciones al Arancel Externo Común, que pasará de 100 a 150 productos. Este avance habilita al gobierno de Javier Milei a negociar una reducción recíproca sobre otros 50 productos con Estados Unidos, además de la lista unilateral ya existente. Según especialistas, esta maniobra podría abarcar aproximadamente el 80% del volumen exportado por Argentina a Estados Unidos, valorado en alrededor de 5.000 millones de dólares. No obstante, aunque Donald Trump estableció una pausa de 90 días en las tarifas para todos los países salvo China, el arancel del 10% sigue vigente para la Argentina, afectando con especial dureza a sectores alimentarios, vegetales y químicos.
A pesar de estos progresos, la visita de Garverick puso en evidencia que Washington no solo busca la reducción arancelaria, sino también reformas estructurales más amplias. El canciller Gerardo Werthein se había comprometido en abril a revisar una lista de 16 puntos que incluyen desde la eliminación de barreras no arancelarias, mayor transparencia en licencias de importación, hasta regulaciones en derechos de propiedad intelectual y la economía informal. De ese listado, Milei afirmó que ya se cumplieron “9 de los 16 requerimientos” y ordenó avanzar en el resto para facilitar la negociación. “El subsecretario efectuó una visita a Argentina para entender el impacto de las últimas medidas de gobierno. Fue sumamente reservado en lo específico pero enfatizó que es un momento apropiado para mejorar la relación de comercio e inversión con los Estados Unidos mediante algún esquema de acuerdo”, aseguró un empresario que participó de las reuniones.
En paralelo, Garverick también exploró la relación bilateral con China, que se posiciona como actor clave en la región y foco de la guerra comercial con Estados Unidos. Recientemente, el secretario del Tesoro estadounidense sugirió cancelar el swap financiero con China, lo que generó tensiones diplomáticas. Además, la visita del jefe del Comando Sur a la base naval de Ushuaia subraya la importancia estratégica de la región en las negociaciones multilaterales que vinculan a Argentina, Estados Unidos y China. En este complejo escenario, las conversaciones siguen abiertas con la expectativa de alcanzar un acuerdo que permita normalizar el comercio y abrir nuevas oportunidades de inversión.