SanCor, la cooperativa láctea emblemática de Argentina, logró evitar un remate de más de 400 mil kilos de queso, en el marco de su proceso de concurso preventivo de acreedores. La decisión fue tomada por el juez Guillermo Adrián Vales, titular del Juzgado Civil y Comercial de la 4ta. Nominación de Rafaela, Santa Fe, quien, a través de una resolución emitida esta semana, evitó que la subasta se realizara este viernes. La subasta había sido solicitada por uno de los acreedores más importantes de la cooperativa, el fondo inversor IIG Structured Trade Finance Fund Ltd., que buscaba ejecutar la garantía de su crédito. El remate contemplaba 436.922 kilos de queso, de los cuales 268.672 eran de pasta dura y 168.250 de queso semiduro, con un precio base en dólares aún no especificado.
El proceso judicial de SanCor comenzó el pasado 14 de febrero, cuando el juez Vales inició el concurso preventivo, un mecanismo que le permite a la empresa intentar reorganizar sus finanzas y evitar la quiebra. Como parte de las medidas adoptadas, el magistrado dispuso suspender cualquier acción judicial en contra de la cooperativa, con el objetivo de no beneficiar a un acreedor en particular. Esta decisión se enmarca dentro de las dificultades financieras que atraviesa SanCor desde hace varios años, que la han llevado a acumular deudas por aproximadamente 400 millones de dólares. A pesar de ser una de las principales empresas lácteas del país, con un volumen de producción que llegó a ser superior a los 1,2 millones de litros de leche diarios, hoy SanCor opera a una capacidad mucho menor, procesando solo unos 200.000 litros diarios.
El remate evitado este viernes no es el primer intento de un acreedor por ejecutar bienes de la cooperativa. En julio de 2024, SanCor también había logrado frenar una subasta aún mayor, que incluía 700 mil kilos de queso valorados en 5 millones de dólares, tras alcanzar un acuerdo con el mismo acreedor. Sin embargo, la situación financiera de la empresa sigue siendo grave. Desde 2017, SanCor ha intentado reestructurar sus deudas sin éxito, y la posibilidad de un salvataje con la entrada de capitales externos no se concretó. En este contexto, el concurso preventivo busca asegurar una solución viable para la cooperativa, siempre con el objetivo de mantener su funcionamiento y, con ello, las fuentes laborales. “Durante este proceso se intentará encontrar soluciones junto con los acreedores para evitar la quiebra”, explicó el juez Vales, quien añadió que la finalidad del proceso es “proteger el interés de los acreedores y mantener el funcionamiento de la empresa”.