A menos de tres semanas de la fecha límite establecida por el Banco Central, el sistema financiero argentino ajusta los últimos detalles para la implementación de pagos en dólares con tarjeta de débito. Esta iniciativa, promovida por el Gobierno nacional, busca avanzar hacia una mayor competencia de monedas, en línea con los objetivos del plan económico de este año. Sin embargo, aunque el 28 de febrero marca el plazo para la puesta en marcha del sistema, los primeros movimientos comenzarían a registrarse recién en marzo.
Si bien el sector financiero trabaja en la adecuación de sus plataformas, los analistas no prevén un uso masivo de esta nueva funcionalidad en el corto plazo. Según explican desde la industria, los pagos en dólares con débito quedarían restringidos a ciertos rubros históricamente dolarizados, como el turismo o los servicios de medicina estética. La experiencia en otros países de la región, como Uruguay, refuerza esta expectativa: aunque allí el sistema de pagos bimonetarios lleva años en funcionamiento, apenas el 2% de las transacciones digitales se realizan en dólares. En la práctica, su uso se ha concentrado en sectores como la compra de pasajes aéreos, hotelería y algunas actividades productivas, mientras que el impacto en consumos cotidianos, como la gastronomía o la compra en supermercados, ha sido prácticamente nulo.
En Argentina, la adopción de esta modalidad dependerá en gran medida de los incentivos comerciales. “El principal catalizador de este uso será el nivel de promociones que encuentren los clientes para poder elegir pagar en dólares y los beneficios que le sirvan a los comercios para priorizar estos pagos por sobre los que se hacen en pesos en la actualidad”, explicó Sebastián Calens, Vice President of Global Business Solutions de Fiserv, una de las principales procesadoras de pagos del país. Actualmente, los bancos han homologado sus sistemas con empresas como Fiserv y Prisma y realizan las últimas pruebas, priorizando en una primera etapa los pagos en canales de comercio electrónico, antes de extender la funcionalidad a los locales físicos.
Otro factor clave en la implementación será el impacto del Debin Programado, una nueva herramienta que permitirá dividir pagos en cuotas tanto en pesos como en dólares a través de débito inmediato. Según fuentes bancarias, los comercios que deseen ofrecer esta opción deberán acordar previamente con su entidad financiera. “El comercio va a tener que hacer un acuerdo con un banco y el banco lo que le va a dar es el servicio particular de debitar cierta cantidad de cuotas en cierto momento. La financiación, la tasa y todo eso corre por el comercio. También el riesgo”, señalaron. Con estos desafíos sobre la mesa, la adopción del nuevo sistema dependerá de la respuesta del mercado y de las condiciones que establezcan bancos y comercios para incentivar su uso.