El presidente Javier Milei está a punto de concretar una de sus promesas de campaña al avanzar con la privatización de Impsa, una de las empresas clave del Estado argentino en el sector metalúrgico y energético. Entre este martes y miércoles, se anunciará la preadjudicación de la empresa a la firma estadounidense ARC Energy, en un proceso que marca el inicio de la política de apertura de Milei hacia la venta de activos públicos. Según confirmaron fuentes del proceso de licitación a Clarín, la adjudicación es un hecho y se espera que los nuevos dueños tomen posesión de la compañía en febrero de 2025.
Impsa, con sede en Mendoza y fundada en 1907, fue estatizada durante el gobierno de Alberto Fernández tras atravesar una profunda crisis financiera. La empresa sufrió malas inversiones en Brasil y contratos fallidos con Venezuela. Ante esta situación, el gobierno de Fernández asumió el control de la mayoría de las acciones, y en 2021, se resolvió intervenir la firma. Sin embargo, en octubre de 2024, el gobierno de Milei abrió un llamado a licitación internacional para la venta de la empresa, donde ARC Energy se presentó como el único oferente. La firma estadounidense, con sede en Luisiana y cerca de Houston, ofreció 27 millones de dólares, que se desembolsarán en partes. De inmediato, ARC deberá pagar 7 millones de dólares, el 25% de su propuesta, y el resto lo invertirá a lo largo de 2025.
La venta de Impsa implica un importante desafío financiero y de reestructuración. La empresa tiene un pasivo de 570 millones de dólares, y uno de los últimos pasos antes de la toma de posesión es la renegociación de las deudas con los principales acreedores, como el Banco Nación, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el BICE. Los negociadores de ARC han señalado que esperan contar con las cartas de intención de los acreedores antes de mediados de febrero. Además, se cerraron los acuerdos para renegociar los contratos pendientes con organismos como el Ministerio de Defensa y YPF, lo que había sido un punto de fricción en las negociaciones.
Para ARC Energy, esta compra representa una oportunidad clave en el sector de grúas y mantenimiento de centrales hidroeléctricas. La empresa estadounidense tiene planes de utilizar a Impsa para ganar licitaciones de grúas en puertos y de mantenimiento de centrales en Estados Unidos. La relación cercana entre el presidente de ARC, Jason Arceneaux, y la campaña de Donald Trump también juega a favor, ya que se espera que la llegada del republicano a la Casa Blanca favorezca la expansión de la firma en el mercado estadounidense. Los 660 empleados de Impsa, que han sufrido la demora en los pagos, aguardan con ansiedad el cierre de la adjudicación, que les permita cerrar una etapa difícil para la empresa, marcada por años de incertidumbre y reestructuración.