Tras un 2024 marcado por la recesión y la caída del PBI entre un 2,5% y un 3%, el 2025 se perfila como el año de la recuperación económica en Argentina. Con sectores como el agro y la construcción liderando, sumados a un repunte del consumo y la inversión, economistas proyectan un crecimiento del 5% o más para el próximo año. Sin embargo, el contexto estará condicionado por las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el presidente Javier Milei busca cerrar en el primer cuatrimestre.
Para Andrés Borenstein, economista de BTG Pactual, las perspectivas son alentadoras: “El escenario base para el año próximo es una inflación del 24% y un crecimiento de al menos 5%. Si se levanta el cepo temprano, podría ser incluso mayor”. Según Borenstein, la inversión jugará un rol clave, con proyectos de energía, oleoductos y gasoductos que impulsarán la construcción. A esto se sumará un gradual incremento del empleo, aunque no se espera un boom. Por su parte, la consultora Abeceb anticipa que el consumo privado se recuperará tras caer un 6,5% en 2024, avanzando más de un 5% gracias a la reactivación del crédito.
FMI y tipo de cambio, las claves del 2025
El manejo del tipo de cambio y el acuerdo con el FMI serán determinantes para la estabilidad macroeconómica en 2025. El gobierno planea reducir el ritmo del crawling peg del 2% mensual al 1%, con el objetivo de acercar la inflación al 18% anual. Borenstein señaló que, mientras el cepo permanezca, el dólar se mantendrá relativamente estable: “Cuando se quite, puede haber un leve ajuste, pero no una megadevaluación. Argentina está más sólida para afrontar crisis que hace un año”.
Por su parte, Ricardo Delgado, director de Analytica, subrayó la importancia de un acuerdo con el FMI entre abril y mayo, con un desembolso estimado entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. “Esto permitirá avanzar hacia una salida gradual del cepo y flexibilizar la cuenta capital. Sin un acuerdo, el país quedaría atrapado en el status quo”, advirtió.
Riesgos externos y desafíos políticos
A pesar de las proyecciones optimistas, los economistas destacan ciertos riesgos. “Argentina sigue siendo una economía vulnerable. Si el escenario global se complica, con una soja barata, un real débil y tasas altas en Estados Unidos, el impacto podría ser significativo”, alertó Borenstein. Además, el contexto político podría generar tensiones: “Vamos a tener ruidos por el año electoral. Cuanto más ruido, más moderada será la recuperación”, sostuvo Aldo Abram, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
Con un panorama que combina oportunidades de crecimiento y desafíos externos, el 2025 será un año decisivo para consolidar el camino hacia la estabilidad económica, siempre y cuando las condiciones internas y externas permitan materializar las proyecciones positivas.