El presidente Javier Milei desplazó a Florencia Mizrahi de su cargo como titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), la entidad que reemplazó a la ex AFIP. En su lugar, asumirá Juan Pazo, actual secretario coordinador de Producción en el Ministerio de Economía. La decisión llegó en un contexto de tensiones internas por medidas polémicas tomadas por el organismo recaudador y por diferencias en el rumbo de gestión.
Según fuentes oficiales, la salida de Mizrahi se precipitó tras la implementación de un nuevo régimen fiscal que impacta a creadores de contenido digital, incluyendo influencers y youtubers. La Resolución 5607 de ARCA estableció que estos trabajadores deberán registrarse y tributar por sus ganancias. Esta medida generó críticas desde el Gobierno, que señaló: “Este Gobierno no va a perseguir a las nuevas formas de negocios digitales y reafirma su compromiso para trabajar en un régimen tributario simplificado”. Además, el comunicado presidencial enfatizó que la prioridad es reducir el gasto público en lugar de buscar nuevas formas de recaudación.
La gestión de Mizrahi había estado bajo escrutinio desde la transformación de la AFIP en ARCA en octubre. Aunque el Gobierno había anunciado un ajuste salarial para los directivos del organismo, este nunca se concretó. Las versiones sobre su salida cobraron fuerza cuando trascendió su negativa a reducir su salario, estimado en 35 millones de pesos mensuales. De perfil técnico, Mizrahi provenía del ámbito privado y había trabajado en el estudio contable Lisicki, Litvin y Asociados. Sin embargo, las últimas decisiones de ARCA, sumadas al descontento presidencial, sellaron su salida y la de otros dos funcionarios de alto rango vinculados a la polémica resolución fiscal.
La reorganización de ARCA también implicará cambios en otros sectores del Gobierno. Pablo Quirno, actual secretario de Finanzas, ocupará el puesto que inicialmente estaba destinado a Juan Pazo en la Cancillería como secretario de Relaciones Económicas Internacionales. Este movimiento refleja la rápida reestructuración impulsada por el Ejecutivo en busca de alinear las políticas fiscales y económicas con los objetivos de la gestión Milei.