Granja Tres Arroyos solicita un Procedimiento Preventivo de Crisis para reducir costos laborales

En un contexto de tensiones en la industria, agravado por la apreciación del tipo de cambio y la prolongada recesión, Granja Tres Arroyos, la principal productora de pollos del país, obtuvo la autorización del gobierno para iniciar un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC). Esta medida busca reducir los costos laborales en su planta de Ezeiza, conocida como Wade 1, una de las más afectadas por la crisis. La firma se convierte en la cuarta empresa en solicitar este mecanismo en los últimos meses, sumándose a Vicentín, FATE, Bridgestone y Aerolíneas Argentinas, que también han pedido medidas similares para hacer frente a la compleja situación económica.

El PPC es una herramienta que permite a las empresas despedir o suspender personal en situaciones de fuerza mayor o causas no imputables al empleador. Granja Tres Arroyos presentó la solicitud ante la Secretaría de Trabajo el pasado jueves, solicitando el despido de 700 trabajadores o bien la reducción de pagos adicionales equivalentes al 21% de sus salarios. Aunque desde el gobierno confirmaron que la empresa está recibiendo apoyo para preservar la mayor cantidad de empleos posible, no se han tomado definiciones finales. Según fuentes oficiales, el procedimiento de crisis se autorizó debido a “la falta de sostenibilidad económica de la empresa en el tiempo”.

Granja Tres Arroyos, fundada en 1965, es uno de los mayores grupos avícolas del país, con 7.000 empleados en Argentina y Uruguay. Produce 700.000 pollos por día, lo que representa el 20% de la producción nacional, y exporta el 25% de su producción a 67 países. Sin embargo, la empresa atraviesa dificultades debido a varios factores, como la pérdida del mercado chino tras la aparición de la gripe aviar en 2023, lo que resultó en una caída en las exportaciones y una pérdida de US$ 160 millones para el sector. Además, la firma señala que los costos internos, como el tipo de cambio y la carga impositiva, afectan gravemente su competitividad frente a países vecinos como Brasil.

El grupo, dirigido por el empresario Joaquín de Grazia, ha implementado un proceso de reestructuración, que incluyó despidos en la planta de Ezeiza. A fines de octubre, trascendió que la empresa planeaba cerrar la planta, lo que afectaría a más de 200 trabajadores, aunque hasta ahora se han reducido 100 empleos. En medio de la negociación con los gremios, De Grazia expresó en varias ocasiones su preocupación por los altos costos y la falta de competitividad: “Me preocupa la rapidez en que el dólar no se actualiza y la rapidez con que bajen impuestos para que el tipo de cambio sea más cercano a una competitividad”. Mientras tanto, los empleados de la planta de Ezeiza señalan que la producción sigue en aumento en otras plantas, como la de Capitán Sarmiento, que faena 230.000 pollos diarios con menos personal, lo que genera tensiones en torno a las condiciones laborales y las propuestas de despidos y reducción salarial.

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