La caída del riesgo país: ¿un impulso suficiente para las inversiones en Argentina?

En los últimos tres meses, el riesgo país de Argentina experimentó una caída significativa, pasando de los 1.500 puntos básicos a los 750, lo que ha generado un clima de mayor confianza entre los inversores sobre la estabilidad económica del país y la capacidad de pago de la deuda soberana. Esta baja en el riesgo país también ha tenido un efecto directo en el costo del crédito para los sectores privados, facilitando el acceso a financiamiento. Sin embargo, actores clave de las industrias de energía y minería advierten que, aunque el descenso en el riesgo país es un paso positivo, no es suficiente por sí solo para atraer grandes inversiones a largo plazo. La falta de certeza sobre aspectos clave como el cepo al dólar y las garantías institucionales a largo plazo siguen siendo obstáculos importantes.

Desde la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) se destacó que la baja en el riesgo país es un indicador positivo, pero “es necesario, pero no suficiente”. La minería y la energía son sectores que requieren grandes inversiones a largo plazo, por lo que los proyectos en estos sectores pueden tardar décadas en pasar de la exploración a la producción. En ese contexto, los inversores buscan señales claras y consistentes de estabilidad económica y jurídica, junto con garantías de competitividad y desarrollo de infraestructura. “Un proyecto de cobre, por ejemplo, requiere inversiones que rondan los 6.000 millones de dólares”, explican desde CAEM, por lo que es crucial para los inversionistas contar con un panorama claro y estable en cuanto a la macroeconomía y las políticas gubernamentales.

Aunque la caída del riesgo país ha sido bienvenida, algunos analistas señalan que no es la única variable que influye en las decisiones de inversión. Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, opina que el riesgo país es una condición necesaria, pero no suficiente para activar la inversión en Argentina. Según Delgado, “también depende de la estabilidad de las reglas”, destacando que, a pesar de una baja en el riesgo país en el pasado, como entre 2005 y 2008, no se produjo un aluvión de inversiones debido a la falta de estabilidad macroeconómica y una política clara. La ex secretaria de Energía y Minería, Flavia Royon, comparte esta visión y sostiene que, aunque la caída del riesgo país influye positivamente en la percepción de los inversores, es necesario que se consolide la macroeconomía, con un control de la inflación, el cumplimiento de las normas fiscales y la eliminación del cepo cambiario.

En conclusión, aunque la caída del riesgo país en Argentina representa una mejora en el clima de inversión y reduce los costos de financiamiento, los actores económicos de sectores clave como la minería y la energía insisten en que es necesario un marco de políticas más estable y predecible para asegurar un flujo sostenido de inversiones a largo plazo. Las perspectivas de futuro dependerán en gran medida de la evolución de las reglas económicas, el cumplimiento de las promesas gubernamentales y la eliminación de restricciones que siguen afectando la confianza de los inversores.

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