Tras 28 años de funcionamiento, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha sido oficialmente disuelta, y en su lugar el Gobierno ha creado la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Esta nueva entidad, establecida mediante el Decreto 953/24, se estructurará en dos grandes áreas: la Dirección General Impositiva (DGI), que incluye la administración de los Recursos de la Seguridad Social, y la Aduana. La creación de ARCA responde a un diagnóstico que señala problemas de sobrecarga estructural y de ineficacia en la AFIP, que en los últimos años había acumulado áreas y funciones no esenciales, afectando su capacidad para operar con agilidad en el sistema tributario y aduanero del país.
Según los fundamentos del decreto, ARCA busca simplificar y hacer más eficiente la gestión de los recursos fiscales y el control aduanero, reduciendo la dispersión de funciones y la sobrecarga organizativa que caracterizaba a la AFIP. Esta nueva agencia tendrá una estructura más compacta y se espera que logre mayor especialización en la fiscalización y aplicación de las normativas impositivas y aduaneras. “La creación de ARCA busca eficientizar los aspectos vinculados a la aplicación y fiscalización del régimen impositivo, con una estructura simplificada, garantizando una mayor especialización y eficiencia en la ejecución de funciones”, se expresa en el documento oficial. El objetivo es dotar al nuevo organismo de los recursos y herramientas necesarios para una gestión más transparente y acorde a las demandas actuales del sistema tributario.
ARCA, que estará bajo la órbita del Ministerio de Economía, absorberá todos los recursos de la AFIP, incluyendo personal, bienes y obligaciones legales. El director ejecutivo de la agencia será designado por el Poder Ejecutivo y tendrá un mandato de cuatro años, con posibilidad de reelección. Tendrá la facultad de designar y remover a los subdirectores generales, así como a los responsables de las distintas unidades organizativas, mientras que el Poder Ejecutivo definirá el número y competencias de estas subdirecciones. La nueva agencia también mantendrá todas las facultades y responsabilidades de la AFIP en cuanto a la aplicación de la normativa vigente, como el Código Aduanero y la Ley de Procedimiento Fiscal, asegurando una transición sin cambios significativos para los contribuyentes en cuanto a sus obligaciones.
A nivel presupuestario, ARCA utilizará inicialmente los recursos asignados a la AFIP en el presupuesto general, mientras se ajustan las partidas para su funcionamiento específico. Sin embargo, la creación de esta nueva agencia plantea el desafío de un sistema tributario aún complejo y marcado por una alta presión fiscal, donde persisten los altos costos de cumplimiento para los contribuyentes. En este contexto, el decreto subraya la importancia de una administración tributaria eficiente y un sistema impositivo que no esté sujeto a cambios constantes. La dependencia entre la estructura tributaria y una administración ágil y profesionalizada se presenta como un elemento crucial para mejorar la relación entre el Estado y los contribuyentes, apuntalando una “cultura cívico-tributaria” que, según el documento, solo será posible con un sistema de información moderno y un personal capacitado, estable y ajeno a los vaivenes políticos.