En medio de la controversia generada por la destitución de Diana Mondino como ministra de Relaciones Exteriores, el nuevo canciller designado, Gerardo Werthein, se prepara para asumir formalmente su puesto en Buenos Aires tras concluir su misión en Washington. Aunque todavía está en Estados Unidos, Werthein adelantó su regreso para instalarse “en modo activo” en la Cancillería luego de las elecciones presidenciales estadounidenses que se celebrarán el próximo martes. Su llegada marca el inicio de una intensa agenda diplomática que incluirá su participación en la próxima cumbre del G20 y en la visita de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a Argentina.
Con amplia experiencia diplomática, Werthein ya había desempeñado roles clave como embajador en Estados Unidos, acompañando al presidente Javier Milei en eventos internacionales de alto nivel. En junio pasado, asistió al mandatario en la cumbre del G7 en Italia y en un encuentro bilateral con el presidente francés, Emmanuel Macron, en París. Fuentes cercanas a la Cancillería indicaron que, una vez en Argentina, Werthein mantendrá reuniones con Milei y su equipo para establecer los lineamientos de su gestión. La primera prueba importante será su asistencia a la cumbre del G20 en Brasil, el 18 y 19 de noviembre, donde el gobierno de Milei buscará avanzar en un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, tema de alta prioridad en la política exterior del gobierno libertario.
Luego del G20, Werthein encabezará la delegación argentina que recibirá a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en Buenos Aires. Este encuentro se acordó durante una conversación informal entre Milei y Meloni en los pasillos de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, donde ambos líderes coincidieron. Según fuentes cercanas al mandatario argentino, “salió de una charla entre los dos en un pasillo de la ONU. Después, la diplomacia se ocupa de que suceda”. Milei y Meloni mantienen una relación cercana, habiendo tenido reuniones en Roma y en el marco del G7, donde han manifestado su admiración mutua y afinidad en temas de derecha política.
La salida de Mondino se dio en un contexto de tensiones internas. A pesar de que Milei la respaldó públicamente en varias ocasiones, las críticas a Mondino dentro del gobierno no cesaron. El detonante final fue la decisión de Argentina de votar en Naciones Unidas en contra del bloqueo a Cuba, postura que chocó con los principios de política exterior que Milei busca promover. En un comunicado, la Oficina del Presidente subrayó que “el país atraviesa un período de cambios profundos y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”.
Además, el gobierno adelantó que realizará una auditoría del personal de carrera en la Cancillería para “identificar a impulsores de las agendas enemigas de la libertad”. Este mensaje busca alinear la política exterior de Argentina con las ideas libertarias de Milei, que han sido una constante en su discurso desde su llegada al poder. La gestión de Werthein, con una serie de compromisos diplomáticos en agenda, será clave para plasmar esta nueva orientación en la práctica.