Harris y Trump: ¿Qué implican para la Argentina sus visiones de política exterior y comercio?

A pocas semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la influencia de Donald Trump en la política de su país parece ineludible, tanto para los republicanos como para los demócratas. En esta contienda, los principales candidatos son el expresidente Trump, por el Partido Republicano, y la actual vicepresidenta, Kamala Harris, por el Partido Demócrata. Según el semanario británico The Economist, no importa quién gane en noviembre, ya que “Trump redefinió las agendas de los dos partidos”. El medio plantea que Harris ha asumido una postura más cercana a la agenda trumpista en temas de política exterior y economía, lo que deja en duda los beneficios de su eventual victoria para la Argentina.

La “trumpificación” de la política estadounidense, como lo califica The Economist, se refiere a cómo ambos candidatos adoptan posiciones similares en temas cruciales como aranceles, relaciones con China y Ucrania, y el comercio internacional. Al respecto, Marcelo Cima, Secretario de Comercio y Relaciones Internacionales de la Cancillería, comentó que “en el tema del comercio, no veo ningún tipo de diferencia entre si gana Kamala Harris o Trump”. La postura de Estados Unidos en cuanto a proteccionismo y acuerdos comerciales parece firme, independientemente del próximo presidente. En este contexto, analistas consideran que para la Argentina las políticas comerciales no variarán demasiado, ya que “los aranceles al biodiésel y las restricciones al mercado de los limones” seguirán siendo temas difíciles de resolver con cualquiera de los candidatos.

Sin embargo, algunos expertos destacan que en el tema de las inversiones podría haber ciertas diferencias. Aunque el stock de inversiones de Estados Unidos en Argentina es el más alto, con aproximadamente 20.000 millones de dólares, los sectores privados de ambos países parecen mantenerse interesados en nuevos negocios. Cima explica que “va a haber plata americana que va a querer venir a la Argentina”, pero sostiene que en términos de inversión estatal y apoyo internacional podría haber una leve ventaja si Trump fuera electo. Esta preferencia estaría vinculada a la ideología compartida con Javier Milei, quien mantiene una relación cercana con Trump y ha manifestado públicamente su afinidad con el exmandatario. Sin embargo, este respaldo no garantiza necesariamente el arribo de inversiones a Argentina, ya que dependerá de las políticas internas que impulse el propio Milei.

Desde una perspectiva política, Milei ha mostrado su respaldo a la línea conservadora de Trump, lo cual también incluye el rechazo a iniciativas como la Agenda 2030 de la ONU y el Pacto del Futuro. Trump y Milei coinciden en la desestimación de lo que consideran políticas “progresistas”, a menudo calificadas por ellos como “woke”. En contraste, Harris y los demócratas defienden la inclusión de temas como el cambio climático y la igualdad de género en la agenda global. Además, en la relación con China, tanto Harris como Trump mantienen posturas de confrontación, aunque sus enfoques divergen en el plano moral. A diferencia de Trump, quien históricamente priorizó los conflictos económicos sobre las luchas ideológicas, Milei impulsa una visión más combativa en cuanto a “batallas culturales”, alineándose con figuras como Elon Musk, quien ha defendido posturas similares.

En resumen, la disputa entre Trump y Harris no augura cambios significativos para la política comercial entre Estados Unidos y Argentina. A nivel político, Milei podría ver beneficios simbólicos en una victoria de Trump, alineando sus ideales con una figura que considera su aliada. No obstante, los expertos concluyen que para Argentina, tanto en términos comerciales como de inversión, “da lo mismo” quien gane las elecciones, ya que el enfoque proteccionista estadounidense se mantendría estable.

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