El presidente Javier Milei encabezó este sábado el acto oficial en el que se concretó el cambio de nombre del emblemático Centro Cultural Kirchner (CCK), que ahora pasará a llamarse Palacio Libertad, Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento. En un evento que conmemoró la asunción de Sarmiento como presidente en 1868, Milei aprovechó para justificar el veto a la ley de financiamiento universitario, una medida que ha generado protestas en todo el país.
Durante su discurso, que duró 13 minutos, el mandatario se centró en criticar a las universidades nacionales y a los organizadores de las movilizaciones en contra de su decisión. “No quieren ser auditados, para mantener sus curros”, afirmó, apuntando directamente a las autoridades universitarias. Además, calificó al sistema de educación pública universitaria como un privilegio exclusivo de las clases altas. “Hoy las universidades nacionales públicas son para los ricos”, sentenció Milei, subrayando su postura de que el mito de la universidad gratuita termina beneficiando solo a las élites.
El presidente también arremetió contra sus críticos, refiriéndose a ellos como “ladrones, delincuentes y mentirosos” por su oposición al veto. “No les interesa la movilidad social ni la educación, solo les interesan sus cajas”, disparó, en referencia a lo que considera la verdadera motivación detrás de la defensa de la universidad pública. Además, insistió en la necesidad de auditar a las universidades: “Principio de revelación: si no quieren ser auditados, es porque deben estar sucios”, añadió, cuestionando la transparencia en la gestión de los fondos públicos destinados a la educación.
El cambio de nombre del ex CCK, ahora denominado en honor a Sarmiento, había sido anticipado meses atrás, pero su oficialización generó un fuerte simbolismo. Según Manuel Adorni, vocero presidencial, la decisión responde a que “el nombre de edificios y espacios públicos, monumentos históricos y afines no pueden responder en ningún caso a intereses políticos y partidarios”. De esta manera, se buscó despojar al edificio, declarado monumento histórico en 1997, de lo que consideran una connotación política partidaria.
El evento contó con la presencia de varios funcionarios del gabinete de Milei, entre ellos la canciller Diana Mondino, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. También asistieron el diputado José Luis Espert, quien fue enfático al afirmar: “Es hacerle justicia a un palacio hermoso como este. Sacarle el nombre de un delincuente como Néstor Kirchner que nada tiene que hacer acá”. La jornada estuvo marcada por el simbolismo histórico y las duras declaraciones del presidente, quien finalizó su intervención con críticas a quienes, según él, “prostituyen una causa noble para seguir defendiendo el robo de algunas agrupaciones políticas”.
El cambio de nombre del ex CCK y las políticas universitarias de Milei están generando profundas divisiones en la sociedad, con sectores que apoyan la medida como un paso hacia la “justicia histórica”, mientras otros ven en estas decisiones un ataque directo a la educación pública y un avance en la privatización de los servicios esenciales.