La volatilidad domina el mercado de granos y afecta los precios de la soja

La incertidumbre y la volatilidad siguen siendo las protagonistas en el mercado internacional de granos, del cual depende gran parte del ingreso de divisas de Argentina. Durante los últimos meses, los precios de la soja han experimentado fluctuaciones significativas en el Mercado de Chicago. A fines de mayo, la soja para entrega en mayo de 2025 cotizaba a 452 dólares por tonelada, pero para el 16 de agosto había caído a 370 dólares. No obstante, logró recuperarse y alcanzó los 406 dólares por tonelada al cierre de la semana pasada.

El mercado local en Rosario también mostró señales de recuperación. El precio de la oleaginosa pasó de 279 dólares por tonelada a principios de agosto a 297 dólares a fines de septiembre, generando mayor interés entre los productores. Estos movimientos en los precios impulsan a los productores a cerrar operaciones e invertir en la siembra de granos gruesos, que acaba de comenzar. Según el analista de granos Adolfo Shaw, la volatilidad se debe principalmente a la “incertidumbre”. El gran factor que provocó la baja de los últimos meses fue un desbalance entre la oferta y la demanda, con un aumento significativo en la producción y una demanda que no acompaña ese crecimiento.

Shaw detalló que “el mundo producía 360 millones de toneladas de soja en 2020, y este año la cifra aumentará a 395 millones. Las perspectivas para el próximo año indican una producción de 430 millones de toneladas”. Este aumento se debe principalmente a la expansión del área sembrada, que pasó de 130 a 140 millones de hectáreas, con una proyección de 146 millones para el próximo año. Brasil, en particular, es un gran contribuyente a este crecimiento, ya que su superficie sembrada aumentó de 37 a casi 47 millones de hectáreas en el mismo período. A pesar de este incremento, la demanda no está acompañando, lo que ha provocado un aumento en los stocks globales, que pasaron de 93 a 134 millones de toneladas.

A pesar de este contexto de sobreproducción, las recientes subas en los precios de la soja se explican principalmente por factores climáticos. Tanto en Brasil como en Argentina, dos de los principales productores mundiales, las condiciones climáticas han sido adversas, con una falta de lluvias que afecta la siembra de soja. “Brasil está seco, no está lloviendo, y Argentina está igual, lo que genera incertidumbre en un momento clave para la siembra”, explicó Shaw. Esta incertidumbre climática es aprovechada por los fondos especulativos, que juegan un papel importante en las fluctuaciones de precios. “Los fondos estaban vendidos en unos 16 millones de toneladas, pero han comprado más de 6 millones en la última semana, lo que ha contribuido a la reciente recuperación del precio”, agregó el analista.

En conclusión, aunque el clima y los movimientos especulativos generan oscilaciones en los precios de la soja, las previsiones generales de oferta y demanda continúan siendo el factor dominante. Con un horizonte que muestra un crecimiento sostenido en la producción y un menor acompañamiento de la demanda, los expertos no prevén una fuerte presión al alza en los precios de la soja, lo que podría impactar en las exportaciones y el ingreso de divisas para Argentina, que depende de este commodity como su principal fuente de dólares.

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