El domingo pasado, el histórico líder piquetero Ramón “Tito” López fue detenido en Resistencia, Chaco, en el marco de una investigación que lo vincula con presunto lavado de activos y asociación ilícita. López, quien en los últimos veinte años amasó una notable fortuna y poder en la región, enfrenta serias acusaciones tras casi dos años de investigación conducida por el fiscal federal Patricio Sabadini. La detención se produce en un contexto donde el personaje, conocido por su estilo frontal y desmedido, ha sido objeto de controversia tanto por sus métodos como por sus riquezas.
La investigación revela que López controla ilegalmente unas 5.000 hectáreas de tierras, posee una flota de 10 camionetas 4×4, más de mil cabezas de ganado, y ha acumulado 40.000 dólares en efectivo, entre otros bienes. Durante la gestión del ex gobernador Jorge Capitanich, López recibió más de 100 millones de pesos en fondos públicos, que, según las autoridades, no se reflejaron en compras verificables. “Desde 2012 viene recibiendo terrenos y fondos para una tarea social que no hace. Se convirtió en hacendado”, afirma una fuente cercana al expediente.
El camino de López hacia el poder es una historia de transformación desde la pobreza. Nacido en Avellaneda y criado en el barrio Santa Catalina de Resistencia, López inició su carrera laboral como recolector de basura. En los años 90, aprovechó el favorable tipo de cambio para contrabandear productos de Brasil, generando unos 2.000 dólares mensuales. Su primer contacto con el movimiento piquetero ocurrió durante un corte de ruta, evento que marcó su incursión en el activismo social.
Los movimientos piqueteros en Chaco surgieron tras inundaciones que afectaron los barrios marginales, con vecinos protestando frente a la Casa de Gobierno. López se unió a estos grupos y, junto con Emerenciano Sena, comenzó a forjar su influencia. Aunque ambos líderes piqueteros tuvieron sus diferencias, López continuó su ascenso incluso tras el femicidio de Cecilia Strzyzowski y la detención del clan Sena, encabezando marchas que denunciaban una “persecución política”.
Entre las tácticas usadas por López para expandir su poder figura la toma de terrenos. Uno de sus centros operativos, el predio “El Timbo”, ha sido foco de controversia. López ha negado la toma de tierras, afirmando que pagó a herederos por el terreno. Sin embargo, la justicia sostiene que la usurpación se realizó mediante documentos falsificados. En una reciente intervención judicial, se encontraron en el predio 700 cabezas de ganado, 40.000 dólares, 1.800.000 pesos, y otros elementos que sugieren actividades ilícitas.
Además de “El Timbo”, López posee otros terrenos adquiridos del Estado Provincial, sumando un total de aproximadamente 600 hectáreas. La detención de López, realizada en una serie de allanamientos que incluyeron hallazgos de cocaína en uno de sus galpones, marca un nuevo capítulo en la investigación de sus operaciones. Un peculiar cartel en su casa, que decía “No te preocupes por lo que yo tengo, preocúpate por lo que a ti te falta”, añade un toque irónico a la situación.
La caída de Tito López, un símbolo del poder piquetero en Chaco, subraya las tensiones entre la política local, el activismo social y la justicia. A medida que avanza la investigación, se espera que surjan más detalles sobre la magnitud y las implicaciones de sus presuntas actividades ilícitas.