Lourdes Arrieta, diputada del monobloque Fuerzas del Cielo – Espacio Liberal, generó polémica este domingo al defender su desconocimiento sobre los represores de la dictadura argentina, tras haber admitido que tuvo que “googlear a Alfredo Astiz”. En una entrevista radial, la legisladora argumentó que la Constitución no especifica que se deba tener “cierto grado de conocimiento” para ocupar una banca en el Congreso, y sostuvo que sus declaraciones fueron “malinterpretadas”.
Arrieta se refirió a la controversial visita que realizó junto a otros diputados oficialistas al penal de Ezeiza, donde se encuentran detenidos varios genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad. “Eran personas de 80 años pidiendo la domiciliaria”, explicó, refiriéndose a los represores a quienes visitaron. Según la diputada, la convocatoria hablaba de una “visita institucional, humanitaria, patriótica” y nunca mencionaba que se trataba de represores.
Durante la entrevista, Arrieta insistió en que desconocía la identidad de quienes visitaba y justificó su falta de conocimiento histórico como motivo para disculparse. “La Constitución dice que para ser diputado de la nación tenés que tener más de 25 años y ser ciudadano argentino, no dice que tenés que tener cierto grado de conocimiento”, afirmó, defendiendo así su idoneidad para ocupar el cargo.
Al recordar su experiencia en la cárcel de Ezeiza, la diputada reveló que Alfredo Astiz, uno de los represores más notorios de la dictadura, “nunca se presentó” durante la visita, al igual que otros presos. Arrieta agregó que había solicitado que no se tomaran fotos durante la visita, pero posteriormente se fotografió con algunos de los detenidos. A lo largo de la entrevista, describió la imagen con los represores como “muy triste” y aseguró que, de haber sabido quiénes eran realmente, no se habría tomado la foto ni habría participado en la visita. “No hubiera ido si me hubieran dicho la identidad”, reflexionó.
La diputada, quien fue expulsada del bloque de La Libertad Avanza tras el incidente, también expresó su malestar por la manera en que fue apartada. “Me echaron como un perro”, declaró, aunque aseguró que decidió abandonar el espacio “antes de que el Presidente pague el costo político porque se le van diputados”. Arrieta además mencionó que su excompañero de bloque, Beltrán Benedit, fue quien la “insistió” para ir al penal, presentando la visita como “una visita institucional, una visita humanitaria para conocer las condiciones edilicias y sanitarias de los internos”.
En cuanto a sus declaraciones previas sobre haber buscado en Google información sobre Astiz, Arrieta intentó aclarar que su comentario fue malinterpretado. “La historia la conozco. No voy a decir que no sé nada. El tema es que se malinterpretó cuando dije que tuve que googlear a Astiz”, expresó. Al justificar su falta de reconocimiento visual del represor, añadió: “Una persona de 80 años, con fotos que vemos hace 50 o 20 años, la última vez que estuvo en juicio. ¿Qué voy a saber? No nos obliguen a saber cómo es la cara actual de alguien”.
Las declaraciones de Arrieta han generado un intenso debate sobre la responsabilidad y el conocimiento histórico que deben tener los representantes del pueblo, especialmente en un contexto tan delicado como el de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en Argentina.