Nahuel Sotelo: El joven al frente de las relaciones religiosas en el gobierno de Milei

A los 29 años, Nahuel Sotelo asume el cargo de secretario de Culto y Civilización bajo la administración del presidente Javier Milei, un rol que destaca tanto por su responsabilidad como por la importancia de la espiritualidad del mandatario. Sotelo, quien es el secretario de Culto más joven desde la vuelta a la democracia, reconoce que su posición implica una gran responsabilidad, especialmente bajo un presidente que es el más espiritual que el país ha tenido en décadas. “Es una responsabilidad muy grande ocupar este cargo y una alegría que tanto el presidente de la Nación como la canciller hayan confiado en mí”, comenta Sotelo, quien también subraya cómo la espiritualidad del presidente Milei agrega una dimensión adicional a su tarea. “Ciertamente, ayuda muchísimo que tengamos un presidente tan espiritual. Esa característica los diversos líderes religiosos la ven bien”, agrega.

El interés de Milei por la espiritualidad judía y su posible conversión ha despertado interés en varios sectores, y Sotelo considera que esta proximidad no solo fortalece los lazos con la comunidad judía, sino que también facilita el diálogo interreligioso. Según Sotelo, “su proximidad al judaísmo no solo implica un acercamiento con la comunidad judía, sino que también, por su sensibilidad, ayuda mucho para el vínculo con las otras confesiones como el islam y el cristianismo”. A pesar de las controversias, como las expresiones de Milei sobre el “terrorismo islámico” que generaron malestar en el Centro Islámico, Sotelo afirma no haber percibido resistencia hacia el presidente dentro de la comunidad musulmana. “No escuché ninguna queja. Tampoco percibí una resistencia hacia el Presidente”, asegura, destacando su compromiso de seguir las directivas presidenciales, incluyendo un alineamiento con Israel, sin descuidar la construcción de buenas relaciones con los musulmanes.

La relación del presidente Milei con el Papa Francisco, luego de descalificaciones pasadas, también ha sido motivo de atención. Sotelo describe el encuentro en el Vaticano como un momento simbólico de reconciliación, comparándolo con “la parábola del hijo pródigo”. Aunque reconoce que persisten diferencias en temas como el rol del Estado y la justicia social, Sotelo enfatiza que estas diferencias no dañarán las relaciones entre el gobierno y la Iglesia. “En la diversidad de pensamientos se da la mayor riqueza”, comenta Sotelo, quien también destaca que la agenda social del presidente tiene similitudes con los pensamientos de la Iglesia, especialmente en cuanto a la atención a las necesidades de los más pobres.

Sotelo, además, expresa su admiración por el Papa Francisco y su deseo de que el pontífice visite Argentina, señalando que una visita papal podría aportar un mensaje de esperanza y contribuir a la paz social. “Es un sueño que tengo, pero también es el sueño de muchos argentinos”, dice. Sin embargo, admite que dentro de su espacio político hay diversidad de opiniones respecto al Papa. En cuanto a los sectores de la Iglesia católica críticos del presidente, como los curas villeros, Sotelo subraya la disposición del gobierno a dialogar y escuchar preocupaciones, poniendo en valor logros sociales como el aumento de la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar Comunidades.

En el ámbito de las relaciones exteriores, Sotelo rechaza las especulaciones sobre un avance en detrimento de la canciller Diana Mondino, asegurando que su papel es sumar y no dividir. Enfatiza que su secretaría busca promover la civilización y los derechos humanos internacionales, destacando la convivencia pacífica de las tres grandes religiones monoteístas en Argentina como un ejemplo a mostrar al mundo. “La civilización es justamente eso: cómo avanza una sociedad”, concluye Sotelo, dejando en claro su alineamiento con la visión internacional del presidente Milei, que se distancia de lobbies internacionales y promueve un cambio cultural desde las bases de la sociedad.

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